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Fotografía del monumento de la Plaza de España, realizada por Cortés, poco antes de ser inaugurado en 1929. Publicada en la revista ‘La Esfera’.
La mala sombra de Cervantes

La mala sombra de Cervantes

Hace un siglo, en el tricentenario de don Miguel, las grandes celebraciones se suspendieron por un cambio de gobierno y falta de dinero. ¿Les suena?

José Antonio Guerrero

Sábado, 13 de febrero 2016, 07:13

La excusa fue la Guerra, la I Guerra Mundial, la realidad fue un cambio de gobierno y el enorme agujero en la Hacienda española. Y también, claro, la falta de interés, porque para la celebración de los Carnavales no se escatimó ni una peseta. Iban ... a venir los jefes de Estado de todas las grandes naciones del mundo, se iba a levantar un monumento de colosales proporciones, se preparaba una magnífica exposición la figura de don Miguel de Cervantes iba a ser homenajeada como se merecía en el tricentenario de su muerte. Nada de esto se hizo. El Año Cervantes de 1916 discurrió sin pena ni gloria, casi como un anticipo de lo que vendría un siglo después. Don Miguel, nacido en Alcalá de Henares en 1547, murió en su casa de Madrid, una tarde del 23 de abril de 1616, a los 69 años de edad, con solo seis dientes y la mano izquierda atrofiada por el plomo de los arcabuzazos que recibió en la Batalla de Lepanto. Sus restos se encuentran enterrados en el cercano Convento de las Trinitarias. Por cierto, nadie se ha molestado en corregir la sonrojante errata que hoy sigue en la lápida que el Ayuntamiento de Madrid, entonces presidido por Ana Botella, inauguró hace un año para honrar los restos del escritor. En la placa aparecen unos versos de Los trabajos de Persiles y Sigismunda, pero en el monumento funerario luce (más bien desluce) un Segismunda con e.

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