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O. L. BELATEGUI / B. BERGARECHE
Martes, 12 de agosto 2014, 01:18
«La cocaína es la forma que tiene Dios de decirte que estás ganando demasiado dinero», aleccionó una vez Robin Williams, que en 1982 superó su adicción a las drogas, asustado tras la muerte de su amigo John Belushi. Tras veinte años sin beber, el ... actor ingresaba voluntariamente en una clínica de desintoxicación hace unos meses para combatir su alcoholismo.
Su voz suena serena y grave por teléfono desde San Francisco, nada que ver con el torbellino humano de 'El rey pescador' y 'Sra. Doubtfire'. Williams siempre ha alternado comedias con dramas: 'El club de los poetas muertos', 'El indomable Will Hunting', que le proporcionó su único Oscar En 'Voces en la noche' encarna a un locutor radiofónico gay azotado por demonios interiores, al que un chico seropositivo víctima de abusos llama por teléfono a diario. Poco a poco irá sospechando que éste no existe y la voz pertenece a una madre perturbada. Nada que ver con el histrión de 'Good Morning Vietnam'.
-¿Cree que la radio tiene una magia especial, que crea una complicidad especial entre el locutor y el oyente?
-Sí. Especialmente este tipo de tertulias nocturnas que suele tener la radio pública americana. Van directas a tu imaginación, porque de noche todo está más tranquilo y silencioso. La gente encuentra relajante que le cuenten historias a esas horas de la madrugada. Creo que son muy necesarias en un mundo tan frenético; al menos, ofrecen un momento de calma.
-¿Suele escuchar la radio?
-No tanto como antes. Me gusta un locutor de Los Ángeles al que los oyentes llaman muy enfadados: en realidad, es él mismo el que hace los dos papeles.
-Siempre que una estrella de comedia hace un drama los periodistas decimos que busca el Oscar.
-Para nada, yo ya tengo un Oscar, así que no tengo por qué preocuparme de eso. He hecho un drama porque 'Voces en la noche' me parece el reverso de 'Retratos de una obsesión'. Cuenta la historia de un hombre que se queda prendado de una manera muy sutil y compasiva de una mujer que lo único que busca es atención. El filme está basado en algo que le ocurrió a Armistead Maupin, el escritor de la novela en que se basa la película. Me atraía mucho esa idea de la gente que manipula compasiones ajenas.
-¿Le interesó el tema de los abusos infantiles?
-Todo el mundo puede haberlos sufrido. Es lo que hace más inquietante que esta mujer pueda estar inventándose una historia surgida o no de sus propios traumas.
-Su voz es una de sus bazas interpretativas. Ha doblado a muchos personajes de dibujos animados.
-La voz es muy importante en esta película. Escuchas la voz del chico con atención y te surge la duda. Empiezas a pensar que podría ser la de una mujer. Toni Collette hizo un trabajo estupendo.
-¿Sabe que en España le doblan y no conocemos su auténtica voz?
-Es un poco triste, si escuchas la película en inglés con subtítulos pillarás más sutilezas. Si está doblada sólo queda rezar para que el doblador haya sido igual bueno que el actor original.
-¿Las estrellas de Hollywood todavía tienen reparos en interpretar a un personaje gay?
-No. De todos modos, la homosexualidad no es un tema en esta película. El escritor de la novela en que se basa tiene esa orientación sexual. Escribe sobre un homosexual adulto que intenta seguir adelante cuando su amante se va. Es simplemente un personaje que ocurre que es gay, pero no es 'el personaje gay'. El protagonista termina por comprender que la mujer se invente una historia para superar su soledad a través de la ficción.
En bici con Armstrong
-El matrimonio homosexual está legalizado en España. ¿Ha dejado de ser un tema de debate en Estados Unidos?
-No. Vivo en San Francisco, donde el matrimonio homosexual se legalizó para ser después ilegalizado. Fue un caballo de batalla electoral en los últimos comicios, en los que podías escuchar a gente aterrorizada porque se iba a perder la sacralidad del matrimonio. ¿Que me pregunten a mí por la santidad del matrimonio, cuando en este país puedes casarte y divorciarte el mismo día! Las uniones homosexuales siguen siendo un tema de discusión política, pero llegará el día en que sean irrelevantes.
-¿Cuál es el mensaje del filme?
-No tiene. Habla del culto a las celebridades y de la necesidad humana de establecer contacto con el otro, hasta el punto de estar tan desesperados que nos inventamos personajes e historias. No hay mensaje en esta idea de manipular a las personas, más allá de la crítica al culto a la celebridad.
-¿Es un buen momento para la comedia en los Estados Unidos?
-Enorme. La buena noticia es que la comedia arrasa; la mala es la causa. Por ejemplo, el programa de David Letterman muestra cortes de los presidentes Kennedy y Roosevelt hablando; después pone uno de Bush intentando hacer lo mismo. Lo saca todos los días.
-¿Ha visto 'Borat'?
-Conozco bien a Sacha Baron Cohen y me gustó mucho su película. Es divertida y aterradora al mismo tiempo. Cuando el protagonista entra a una armería y pregunta qué tipo de arma necesita para matar a un judío y el dependiente le responde: 'una nueve milímetros' O cuando al viejo vaquero le cuenta que en su país cuelgan a los homosexuales y éste le responde que aquí estamos intentando hacer lo mismo Esas respuestas no son líneas de guión, esos compatriotas míos realmente piensan así. Por eso le están demandando.
-Es un gran aficionado al ciclismo. Hasta entrena con Lance Armstrong.
-La Vuelta (en castellano) Ya sé que en España hay mucha afición por el ciclismo. Hoy probablemente salga a correr treinta o cuarenta millas. En San Francisco es fácil dar un buen paseo en bici. Uso una de corredor, porque cuando ruedas una película no conviene utilizar una de montaña, con las que he tenido mis mayores trompazos. Con Lance aguanto veinte minutos. Después él despega, llega a las montañas y ¿adiós! (en castellano).
-Ha aparecido en la prensa que Mel Gibson le ha ayudado a superar sus problemas con el alcohol.
-¿Quién? Para nada. Yo ya estaba en la clínica de rehabilitación cuando a Mel Gibson le ocurrió aquel incidente (fue detenido por conducir borracho y proferir insultos racistas al policía que le arrestó). He intentado mantenerme en un discreto segundo plano, pero él no me ayudó. He hecho la rehabilitación yo solo. Ya llevo seis meses sobrio.
-¿Es duro?
-Es duro hasta que descubres que puedes recibir ayuda. Lo primero es aceptar que tienes un problema, y a partir de ahí abordarlo.
Ayudar a otros
-En Europa los actores no acostumbran a hablar de sus adicciones, como en Hollywood.
-Bueno, hay gente que cree que hablar de tu caso puede ayudar a otros. No tiene sentido decir 'estoy bien, no pasa nada', la clásica actitud de todo va bien. Yo no pensaba hacer público mi alcoholismo, pero salió a la luz y no veo por qué iba a negarlo.
-¿De dónde saca su energía?
-El ciclismo, mis amigos, actuar... Últimamente he estado haciendo monólogos cómicos, una gran fuente de energía para seguir adelante. Hay mucho de lo que disfrutar en la vida. Y mucho de lo que ironizar: tecnología, políticos, ciencia...
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