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J. SAINZ
Domingo, 2 de abril 2017, 21:26
Me encuentro estupendamente haciendo estas cosas: tirarle de la barba a la severidad, a la tristeza, a la melancolía y a la estupidez es una delicia». En su libro 'Mi vidorra de escritor', Rafael Azcona (Logroño, 1926-Madrid, 2008) describía así sus colaboraciones con la revista La Codorniz. El que sería durante décadas el más brillante guionista del cine español fraguó antes su voz, su estilo y su personal sentido del humor en el semanario satírico madrileño, donde trabajó entre 1952 y 1958. Ahora, la editorial riojana Pepitas de Calabaza, en colaboración con Fulgencio Pimentel, ha culminado la trilogía 'Todo Rafael Azcona en La Codorniz', que recopila su obra literaria y gráfica de aquella época. Tras los dos primeros libros, 'Por qué nos gustan las guapas' (2012) y '¿Son de alguna utilidad los cuñados' (2014), con sus artículos literarios, aparece 'Repelencias'. El presente volumen reúne todas las colaboraciones gráficas de Azcona en La Codorniz publicadas entre 1953 y 1956, además de la totalidad de los chistes de El repelente niño Vicente, su personaje más popular, que aparecieron en libro en 1957.
El editor Julian Lacalle explica que «ha sido muy complicado, especialmente este tercer volumen». «Pero estamos muy satisfechos -añade- de poder al fin tener al completo un trabajo tan interesante, no solo por tratarse del admirado Rafael Azcona, sino porque es una obra que realmente tiene gran interés por sí misma».
Las dificultades técnicas de este 'Repelencias', y también su valor añadido una vez editado, tienen que ver con que «no se conserva ni uno solo de los dibujos originales que componen este libro», según explica Laca- lle. «Para su composición hemos reproducido las ilustraciones aparecidas en La Codorniz, cotejando en muchos casos diferentes ejemplares de la revista con el fin de encontrar la viñeta de mejor calidad. Al hecho de tener que reproducir malas reproducciones debe sumarse que las hemos tomado de ejemplares impresos en papel de muy mala calidad».
Por el contrario, las reproducciones del libro 'El repelente niño Vicente' «se conservan en mucho mejor estado» y así se aprecia también en este libro. Otro detalle afecta a algunos textos: «A pesar de los cotejos que hemos realizado, en algún caso no hemos podido completar el texto de la viñeta y lo hemos sustituido por una línea de puntos».
Son cuestiones, pese a todo, que ayudan a valorar aún más esta recopilación. Como concluye el editor: «A pesar de estas dificultades, hemos juzgado oportuno salvar la idea original y que, por fin, todas estas piezas olvidadas de nuestro querido Rafael se conserven accesibles para disfrute de los lectores del siglo XXI».
Bernardo Sánchez, amigo personal de Rafael Azcona y otro de los impulsores de este proyecto, lo resume bien: «Estas aportaciones no son simplemente las creaciones de un joven desbordado de talento que huye de la mediocridad provinciana para ganarse la vida como escritor, sino que son también el humus, muy enriquecido, de sus posteriores aportaciones tanto cinematográficas como literarias».
Y ahora que acaban de cumplirse nueve años de su muerte, Azcona -san Rafael a estas alturas de la película- quizás esté dibujando y escribiendo allá arriba, haciendo lo mismo que hacía en La Codorniz: tirarle de la barba a la severidad, a la tristeza, a la melancolía y a la estupidez. A todo aquello por lo que sentía repelencia. Un gustazo.
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