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Cuando se sospecha que puede haber una infección urinaria hay que consultar al médico. :: l.r.
«Doctor, me escuece al orinar»
SALUD / EL ESPECIALISTA

«Doctor, me escuece al orinar»

La infección urinaria es muy frecuente en los adultos, sobre todo en mujeres

SILVIA GONZÁLEZ.

Martes, 20 de diciembre 2016, 00:49

Las vías urinarias están formadas por los órganos que se ocupan de la formación y emisión de orina e incluyen: los riñones, que filtran la sangre para producir orina; la vejiga, que la almacena; los uréteres, que son dos conductos que llevan la orina desde los riñones a la vejiga; la uretra, el conducto que lleva la orina desde la vejiga al exterior del cuerpo. Las infecciones de las vías urinarias son las que afectan a la vejiga o a los riñones. Las más habituales son las que afectan a la vejiga y se producen cuando entran bacterias en la uretra y se desplazan hacia arriba, o sea, hacia la vejiga. Las infecciones del riñón ocurren cuando las bacterias se desplazan aún más arriba. Las infecciones de orina son más frecuentes en las mujeres que en los hombres.

Existen circunstancias que las favorecen, como son la actividad sexual, el embarazo, la existencia de obstrucción urinaria, la retención de orina en la vejiga por lesiones medulares, el reflujo de orina desde la vejiga a los uréteres y factores genéticos. Los gérmenes que las producen son bacterias casi siempre.

Los síntomas

1.- Dolor o ardor al orinar.

2.- Necesidad de orinar con frecuencia o de hacerlo de forma repentina o urgente.

3.- Molestias, dolor encima del pubis.

4.- Sangre en la orina.

5.- Si además hay infección del riñón podemos encontrar fiebre, dolor lumbar y náuseas o vómitos.

Desde la Sociedad Riojana de Medicina de Familia y Comunitaria recomendamos que cuando un paciente sospecha que puede tener infección urinaria debe consultar con su médico, que valorará sus síntomas y realizará una prueba de orina cuando sea necesario.

La mayor parte de estas infecciones se tratan con antibióticos, que actúan eliminando los gérmenes que causan la infección: dependiendo de la localización de la misma, y de los antecedentes e historia clínica del paciente variará la duración de dicho tratamiento.

En el caso de infecciones aisladas sin complicaciones puede ser suficiente el tratamiento con una única dosis de antibiótico o pautas cortas de 3 días. En infecciones de repetición, pueden requerirse tratamientos más largos. A veces incluso es necesario pautar tratamiento antibiótico preventivo.

Cómo evitarla

Aunque no hay una evidencia clara de que esto ayude, muchos médicos lo sugieren, pues son recomendaciones inofensivas y que pueden ayudar a disminuir las infecciones urinarias.

1.- Beba abundantes líquidos.

2.- Orine siempre que tenga ganas, evitando contenerse las ganas de orinar.

3.- Límpiese la zona perineal siempre de delante hacia atrás.

4.- Orine después de tener relaciones sexuales y evite el uso de espermicidas.

5.- Tome zumo de arándanos.

Infecciones de repetición

Hablamos de infecciones urinarias de repetición cuando ocurren 3 o más episodios de infección de orina en los últimos 12 meses, o 2 o más en los últimos 6 meses. Puede ocurrir en los primeros 15 días tras la aparente curación de la infección y estar causada por el mismo germen, o a partir de las 2 semanas del episodio inicial y estar causada por una bacteria diferente. Hay una serie de factores que predisponen a ello:

1.- Mujeres jóvenes sexualmente activas.

2.- Uso de cremas espermicidas.

3.- Antecedente de infecciones de orina de repetición en madre o hermanas (posible factor genético).

4.- Diabetes mellitus insulinodependiente.

5.- Menopausia.

6.- Incontinencia urinaria.

7.- Cistocele ('vejiga caída')

8.- Patología urológica: litiasis renal (popularmente conocida como «piedra» en el riñón), prostatitis crónica, quistes vesicales.

En cuanto a su manejo es obligatorio realizar un cultivo de orina y en algunas ocasiones estudio urológico. Su tratamiento habitualmente se hará con pautas largas de antibiótico. No hay una evidencia clara de que ni los arándanos rojos, ni los probióticos, ni los estrógenos vaginales puedan prevenirla. En algunos casos es necesario realizar un tratamiento preventivo con una pauta de antibiótico durante 6-12 meses o una pauta tras el coito, en mujeres en las que las infecciones de repetición están relacionadas con la actividad sexual. En cuanto a la vacuna no se puede recomendar de forma generalizada y se usa como última opción de tratamiento pues todavía se desconoce el esquema terapéutico idóneo.

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