«No hay vinculación alguna entre Mensajeros de la Paz y el 'caso Vatileaks 2'»

Hay otro episodio que vincula supuestamente a la ONG española con el proceso abierto por el 'caso Vatileaks 2', que continuará el próximo lunes. El mes pasado se supo que Vallejo Balda voló a Dubái para entregarle allí a un agente de los servicios secretos chinos un informe sobre la salud del papa Francisco. El documento era falso, pues contenía la información médica de su anciana madre. En aquel viaje a Emiratos Árabes Unidos, acaecido entre diciembre de 2014 y enero de 2015, el sacerdote riojano no estaba solo. En el avión le acompañó un personaje oscuro, Giuseppe de Donno, quien fue coronel de los Carabinieri, formó parte de los grupos de operaciones especiales y más tarde se vio salpicado por el escándalo de las negociaciones entre el Estado y la mafia siciliana en los años 90. De Donno reconoció en una entrevista con el diario La Repubblica que viajó con Vallejo Balda y contó que éste decía que iba a Dubái para encontrarse con personas relacionadas con Mensajeros de la Paz. «Quería pedirles financiación o no sé bien el qué», explicó el excoronel, quien no pudo confirmar con quién se encontró el cura español, pues «no estuve todo el tiempo con él».

El padre Ángel se quedó muy sorprendido cuando supo lo que decía De Donno. «Me extrañó muchísimo. Emiratos Árabes Unidos es uno de los pocos países donde no tenemos absolutamente nada. Ni lo tenemos ahora ni lo hemos tenido nunca», explica el fundador de esta ONG que cuenta en Italia con un servicio de atención telefónica para escuchar y ayudar a los ancianos, el llamado Teléfono Dorado. En esta línea gratuita trabajan unos 15 voluntarios. «También ayudamos a los refugiados en la estación de trenes de Termini. Es lo que más nos preocupa en estos momentos».

Al presidente de Mensajeros de la Paz le hubiera gustado verse con Vallejo Balda tras su detención, «pero no he podido porque no he viajado a Roma desde entonces». Otros eclesiásticos españoles residentes en la capital italiana sí que fueron a visitarle durante los alrededor de tres meses que estuvo en arresto domiciliario. A mitad de marzo el Vaticano volvió a meterlo en una celda porque consideró que estaba contaminando las pruebas y estaba utilizando un teléfono móvil para comunicarse con el exterior. «Con quien sí he hablado es con su madre. Le quiero mucho y la ayudo siempre que puedo. Supongo que él lo agradecerá», dice el padre Ángel.

Aunque lo sigue considerando su amigo y no le retira su apoyo, considera que a Vallejo Balda hay que dejarle claro que «lo que hizo no está bien» y que tiene que «pedir perdón por las cosas que hizo». En opinión del sacerdote asturiano, actuó así «por enfermedad e ingenuidad. Una persona normal no llega a hacer eso». El padre Ángel se despide dando las gracias por tener la oportunidad de explicar que no hay vinculación entre Mensajeros de la Paz y el 'caso Vatileaks 2'. «A ver si así nos quitamos este muerto».