Un hombre «listo y extrovertido» que sigue yendo a Villamediana

De Logroño se marchó para proseguir su formación eclasiástica en Burgos y más tarde se ordenó sacerdote en Astorga, a cuyo obispado aún pertenece. Estudió Derecho por la Uned y en seguida demostró mucha habilidad con los números. Por eso fue uno de los sacerdotes más jóvenes en dirigir la economía de una diócesis: lo nombraron administrador con 29 años. Las cuentas le acabaron saliendo, aunque tropezó con el asunto Gescartera. Los 340.000 euros de la diócesis que había invertido se esfumaron, pero gracias a su habilidad y a sus contactos logró recuperarlos. Además de una calculadora en la cabeza, Vallejo tenía buena estrella. Luego incluso montó una Sicav (un artefacto financiero para millonarios que tributa al 1%).

Cuando falleció su padre, Vallejo Balda, hijo único, decidió llevarse a su madre con él, primero a Astorga y luego a Roma. Regresa de vez en cuando al pueblo. «Suele venir de forma esporádica -indica el exalcalde Tomás Santolaya-. La última vez, hace mes o mes y medio, con su madre». Santolaya indica que mantienen la casa familiar y que en el pueblo gozan de aprecio: «Su familia era gente buena. Y él era una persona abierta y agradable, inteligente».

Esa inteligencia cautivó al cardenal Rouco Varela y le procuró una brillante carrera en Roma; carrera que acabó ayer ruidosamente, en un calabozo del Vaticano.