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Isabel Álvarez
Sábado, 27 de mayo 2017, 13:39
«Yo, Nacho Guerreros, he sobrevivido al 'bullying'». Así de explícito, sin tapujos, confiesa el actor calagurritano haber sido víctima del acoso escolar en el libro que acaba de publicar junto a la periodista Sara Burn, 'Yo también sufrí bullying'. A los 13 años Guerreros vivió un absoluto «calvario». «Me han insultado, me han humillado, me han dado patadas y collejas, me han mirado con desprecio y he sido víctima del silencio cómplice del resto de mis compañeros». Guerreros saca a la luz estos duros episodios para luchar contra el acoso en el aula.
La primera vez que habló públicamente de la situación de acoso que vivió en su preadolescencia fue en el programa de Bertín Osborne, el pasado mes de abril. Ahora ofrece su testimonio en este libro. ¿Qué motivos le han llevado a publicarlo?
Yo lo sufrí con 13 años, cuando hice el cambio de la EGB a la Formación Profesional. Afortunadamente, lo sufrí poco tiempo. Pero yo no soy el único. Nos ha pasado a muchos y por eso, desde mi perspectiva de personaje muy conocido y puesto que tengo muchos seguidores jóvenes en edad de ser víctimas o acosadores, quiero mostrar mi testimonio.
De hecho, deja claro desde el principio del libro que ha «sobrevivido» al 'bullying'?
Sí, yo tenía ese objetivo claro. Sí que es verdad que cuando me pasó a mí eran otros tiempos. En aquella época no existía el acoso escolar como tal. No había una definición para enmarcar este tipo de maltrato. Porque esto es un maltrato, ya que se ejerce una tortura contra alguien. En esa época, aunque también ahora, se decía que 'eran cosas de críos'. Como se decía eso no te atrevías a decirlo en casa. Yo no lo dije nunca. Ni a los amigos ni a nadie.
¿Han conocido ahora sus padres este episodio tan duro de su vida?
Se han enterado ahora, con el tiempo. Cuando yo les dije que iba a preparar este libro. Pero de esto han pasado 32 años. No queda ninguna herida ni reproches ni nada. Por eso lo puedo contar con esta tranquilidad. A mí no me supuso ningún trauma. Yo me fui de ese aula y para mí desapareció el calvario. Afortunadamente, no me ha quedado ningún poso, excepto el saber que estos dos individuos que me lo hicieron existen y están ahí. Y que están educando hijos, también.
¿Sabe algo de ellos? ¿Se los ha encontrado en Calahorra alguna vez después de ser tan conocido?
A uno de ellos hace mucho tiempo que le perdí la pista. Al otro, que era quien más me preocupaba, me lo encuentro más. Y fíjate qué curioso que me aparta la mirada.
¿Cree que se darán por aludidos después de escucharle?
Yo creo que sí, aunque seguro que si les hablo del tema piensan que no fue para tanto.
Es lo que le ocurre a quien no lo ha sufrido en sus propias carnes.
Claro, porque él lo vive desde la perspectiva del líder, del acosador, del torturador...
Asegura que afortunadamente el acoso sufrido no le ha marcado de por vida, pero tendrá recuerdos dolorosos.
No tengo traumatismo, pero sí que tengo recuerdos y por eso he podido escribir este libro. Cuando hablamos de hacer este proyecto junto a Sara Burn, que es amiga y periodista, yo le dije que quería contar esto sin dramatismo.
Entiendo entonces que cuando regresa a Calahorra no siente ningún regusto amargo de esta experiencia.
Yo en Calahorra siempre estoy fenomenal. Además, esto lo cuento desde otro lugar. Desde el lugar de la popularidad, de que he conseguido más o menos lo que buscaba.
¿Cómo recuerda ese año? ¿Por qué no lo contó?
Era un infierno. A veces no te hacía nada, pero ya estabas pendiente del desprecio que te podía hacer hoy, a quién iba a ir con un cuento mío, si me iba a tirar los rotuladores... Él era de insulto fácil. Que no se notara. Era muy sibilino en el maltrato.
De todos modos, ese duro episodio fue decisivo para que se dedicara al arte dramático.
Yo decidí que no quería seguir conviviendo con aquellos dos y tuve la posibilidad de cambiarme de rama. Estudié dos años Administrativo y después me fui a estudiar a Vitoria.
¿Qué actitud debe tener la familia de un acosador?
El acosador suele ser bastante inteligente, en el sentido de que en casa parece otro. Por eso muchos padres se sorprenden cuando les dicen que su hijo es un acosador. No te puedes poner de parte de tu hijo a cualquier precio. Hay que escuchar a todas las partes y luego tomar medidas. Porque ahora hemos sacado la moda de ser amigo de nuestros hijos cuando no es así. Hay que ser padres porque ser amigo te da cierto grado de permisibilidad y ese es el error. Además, no hay que olvidar que un menor de 14 años es inimputable, con lo cual tiene vía libre.
La lacra del acoso escolar es hoy más visible gracias a testimonios de personas conocidas como el suyo o el de su compañera la actriz Vanesa Romero.
Ya era hora de que se diese visibilidad. Cada vez somos más personas las que lo estamos contando. Y por favor, que las víctimas pidan ayuda. Porque yo salí, cumplí mi objetivo, pero hay gente que no se cura.
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