Se apagó la voz de la jota rinconera

Lo de Antonio García con la jota es como lo del huevo y la gallina: es imposible saber quien apareció antes en Rincón de Soto si él o ella. Todo lo que está relacionado con este mundo lleva su nombre en el municipio riojabajeño: la escuela de jotas, el certamen que se celebra cada año... No podía ser de otra forma y así era,es y seguirá siendo a pesar de que ayer se apagase para siempre la voz de este jotero con mayúsculas.

Nacido el 9 del 9 del 29 a las nueve de la mañana, -algo de lo que solía alardear-, empezó a destacar desde crío con su trino de voz. Gozaba de un peculiar estilo y un timbre de voz altísimo que le hacia un privilegiado para cantar. Pero 'el Magallón', como lo conocían en Rincón de Soto, prefirió formar una familia que irse a recorrer mundo y sólo en un par de ocasiones probó fortuna allá por las capitales. Una de ellas fue en el programa 'Salto a la fama', en el que también participaba Manolo Escobar, quien quedó en tercer puesto. Antonio ganó ese concurso. La jota la debía llevar en la sangre porque siempre recordaba que su padre y su abuelo también eran joteros. Pero nadie llegó a ser tan famoso como él. Joteros de Navarra, Aragón y La Rioja alababan su forma de entonar y el chorro de voz que salía de su garganta pero a él lo que más le gustaba de la jota era que era una canción alegre que se podía dedicar a cualquier cosa: al vino, a las mujeres, a la tierra, a los santos... Hasta compuso una dedicada a la pera de Rincón de Soto.

La vida se la ganó como agricultor y como aguacil los últimos años de su vida laboral y después era fácil verle en cualquier acto dedicado a la jota. Él nunca fallaba aunque su voz ya no estaba para demasiados gorgoritos.

En 2010 el mundo de la jota se reunió en Riojafórum para homenajearle en el primer certamen de jotas. Hoy, a las seis de la tarde, Rincón de Soto le dará su útlimo adiós en la iglesia parroquial de San Miguel, seguro que será con una jota, como a él le hubiese gustado.