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L.J.RUIZ
Miércoles, 23 de mayo 2012, 20:39
Logroño se tiñó de verde. Desde el Rectorado de la UR y hasta el Espolón unas 4.000 personas cifra que los sindicatos elevaban a 6.000 una marea verde protestó contra los recortes educativos. Fue, como habían pedido los convocantes, multitudinaria y multigeneracional: desde niños de apenas unos meses hasta abuelos junto a sus nietos. Todos en defensa de la educación y contra el decreto que aprobó los recortes.
Hubo tantos mensajes como asistentes. Tantas pancartas como centros escolares y tantas dianas como ministros y consejeros de Educación tienen España y La Rioja, respectivamente. Wert y Capellán fueron protagonistas a partes iguales de una reivindicación en la que se exigió la eliminación del decreto, el refuerzo de la educación pública y la búsqueda de alternativas en el necesario ahorro para ajustar el déficit.
«La jornada ha sido un éxito», anticipaba Mikel Bujanda, presidente de la Junta de Personal Docente. «Todos los centros públicos han realizado algún acto de protesta y la Consejería debe tomar nota. No se puede seguir recortando en la educación pública y, si quiere recortar, que apruebe un decreto este viernes en Consejo de Gobierno y recorte y rebaje conciertos».
La marcha fue el punto final a una jornada en la que todos los análisis exigían su pertinente contranálisis. Y es que, la histórica jornada de huelga en Educación convocada a nivel nacional fue, en La Rioja, un día de lucha para unos y de paro puro y duro para otros.
En esa doble concepción del 22-M los sindicatos rompieron la disciplina de grupo y mientras las delegaciones regionales de los convocantes aclimataban el paro a sus necesidades jornada de lucha el STAR no convocante aprovechaba ese paraguas nacional para apoyar la huelga. Y huelga entre los docentes en La Rioja, hubo. Entre minoritaria y muy minoritaria, según versiones. Para la Consejería fue secundada por el 3,6% de los docentes, lo que supone 128 profesores; el STAR elevó ese porcentaje hasta el 10% (unos 350 docentes), destacando casos como los de Fuenmayor, Casalarreina o Aldeanueva con porcentajes de seguimiento de entre el 50 y el 100%.
En las comunidades donde se mantuvo el paro todas menos Baleares y País Vasco, además de La Rioja los sindicatos cifraron el seguimiento en el 80%. En el ámbito universitario tuvo un seguimiento del 95% y en el no universitario del 75%.
Huelga estudiantil
¿Y los estudiantes? Seguimiento desigual por niveles y escaso en términos globales. En Infantil y Primaria, prácticamente nulo; en Secundaria y Bachillerato, con muchas oscilaciones. Así, mientras que en centros como el Batalla de Clavijo el paro en ESO fue del 70% y «superior» en Bachillerato, en otros como el IESComercio el seguimiento «fue nulo».
El escenario se repitió a lo largo de La Rioja. En Santo Domingo el paro fue nulo;en Calahorra no se notó en el Valle del Oja y en el Marco Fabio Quintiliano lo secundó el 25% del alumnado; en el Bartolomé Cossío de Haro tampoco se notó mientras que en el Marqués de la Ensenada fue seguido por la mitad del alumnado. En la UR el calendario lectivo no ayudó a los convocantes. En plenos exámenes y sin clases, la escenificación fue imposible.
Los alumnos se manifestaron en Logroño a las 11 horas llamados por la Asamblea de Estudiantes marcha a la que se sumó el STAR. Apenas 500 jóvenes recorrieron, bajo la lluvia, el centro de la capital. En Calahorra, donde también hubo manifestación fueron unos 200.
Frente a la huelga, la jornada de lucha. Y si el STAR aseguraba que ese 10% era «muy significativo», los convocantes de la protesta alternativa también madrugaron para asegurar el «masivo» seguimiento de los actos convocados. Tras la velada del lunes y los encierros en los colegios en el IESBatalla de Clavijo un centenar de personas durmieron en el centro, el despertar fue muy sonoro en todos los centros con caceroladas y pitadas protagonizadas por padres, profesores y los propios alumnos que, muchos vestidos de verde, se sumaron a la queja. La sentadas de los recreos y el minuto de silencio cerraron unos actos muy aplaudidos por los convocantes
El tercer frente, el de la Consejería. La valoración corrió a cargo del director general de Educación, Abel Bayo, que no dudó en calificar de «poco leal» la actitud de los sindicatos que «llevan a cabo esta jornada cuando estamos en pleno proceso de negociación y dando algún paso, avanzando en esa negociación».
Bayo, para quien el escaso seguimiento «era esperado», exigió la misma «libertad de expresión» que ostentan los sindicatos para «la administración» y reiteró que las movilizaciones no son «formales cuando desde la Consejería se ha dicho que no se va a aplicar el incremento de la ratio, cuando el aumento de los periodos lectivos no serán de una hora como dice el Decreto, sino de 55 minutos, y cuando se mantiene el sistema de sustituciones que, en la mayor parte de los caso, se cubre el puesto antes de los 10 días». Además también lamentó «el uso de niños de 6 y 7 años para llevar a cabo la propuesta» y apuntó que «varios padres se han puesto en contacto con la consejería para denunciarlo».
La educación volverá hopy a los centros. No parará, pero sigue abierta a movilizarse.
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