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EFE
Viernes, 23 de septiembre 2011, 19:42
En una entrevista el pívot africano ha explicado cómo logró salir de Bengasi, una de los centros del conflicto armado en Libia.
Lawal llegó al equipo de la segunda mayor ciudad de Libia tras dejar, en diciembre de 2010, el Guadalajara, de la Leb Plata (la tercera competición española), por problemas económicos del club manchego.
El pívot nigeriano, que reside habitualmente en Detroit y tiene doble nacionalidad, nigeriana y estadounidense, mide 2,06 metros y cumplirá 25 años el próximo 8 de octubre.
Tras disputar la segunda categoría universitaria de Estados Unidos con Minnesota State, inició su carrera profesional en Qatar y Kuwait, en 2010, y comenzó la pasada campaña con el objetivo de destacar en el baloncesto español, algo que espera lograr esta temporada después de nueve meses que quiere "olvidar cuanto antes".
Sus "problemas" comenzaron poco antes de terminar 2010, cuando la situación económica del Guadalajara llevó a este club a prescindir de varios jugadores cuyos contratos no podía afrontar.
Lawal, quien se fue del Guadalajara con el récord de rebotes de toda la competición al lograr 19 en un partido, decidió cambiar de representante y el nuevo le encontró "trabajo en Libia".
A mediados de enero de este año Lawal viajó a Libia, donde estuvo seis semanas, pero solo pudo disputar tres encuentros porque tras el último, en Trípoli, estalló el conflicto armado entre los opositores a Muamar el Gadafi y los partidarios del coronel libio.
Bengasi fue una de las primeras ciudades en ser controladas por los 'rebeldes', pero en esos días hubo bombardeos en el aeropuerto y eso impidió volver a Lawal allí, según relata el jugador.
Tras conseguir regresar a Bengasi, el club le pidió al pívot y a otro jugador americano (Kingsley Oguchi, también de origen nigeriano) que permanecieran en su hotel.
"Allí estuvimos diez días, sin teléfono ni internet, con problemas para conseguir comida y escuchando disparos", añade el estadounidense, quien explica que el club les advirtió que no salieran del hotel porque algunos ataques armados de los partidarios de Gadafi eran perpetrados por "mercenarios africanos". "Y teníamos el mismo aspecto que ellos", afirma.
Sin embargo, tras diez días aislados los trabajadores brasileños de una petrolera dijeron a los dos jugadores que si llegaban al puerto de Bengasi podrían "salir en un barco".
"El equipo insistía en que no dejáramos el hotel, pero nos decidimos y conseguimos un taxi para ir al puerto", explica el pívot, que admite que en ese trayecto fue donde pasó "más miedo".
Porque en todo momento los dos jugadores tuvieron que llevar el pasaporte en la mano y gritar que eran americanos y no africanos.
Una vez en el puerto, Lawal narra que los 'rebeldes' al gobierno de Gadafi no les dejaban pasar, pero unos soldados británicos les escucharon y, gracias a ellos, pudieron abandonar Libia.
Sin ayuda
Aun así, asegura que ni la embajada americana ni su club les ayudaron.
Shane Lawal y Kingsley Oguchi embarcaron en un buque de la Armada inglesa "junto a 150 refugiados" y llegaron a Malta desde donde los dos jugadores tuvieron que pagarse un pasaje a Egipto. De allí a Turquía y, finalmente, a Nueva York, antes de llegar a su casa en Detroit.
Ahora, el pívot del Knet & Eniac bromea con su "aventura" en Libia y, con ironía, asegura no haber pasado miedo porque es de Detroit. "Allí no es raro oír disparos", dice con una sonrisa, pero admite su "angustia" por no poder contactar con su familia durante más de una semana en Libia.
Porque recuerda "como una película" cómo oía, junto a su compañero, los combates desde la azotea del hotel de Bengasi y cómo en la BBC veían las muertes de personas que "estaban en la calle de al lado".
Lawal lamenta que haya países en los que una persona decide, sin preocuparse de sus ciudadanos, afirma el pívot en referencia a estados como Libia.
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