El Naturhouse pierde contra el CAI en Autol, en un partido en el que enseñó buenas cosas

Los dos se conocen, pues, más que bien. Y los partidos entre ambos son muchas veces apretados, complicados siempre, y con lo justo de amistosos.

Pero de lo que se trata aquí es más de verse a uno mismo que de ver al rival. Ylos aficionados del Naturhouse pudieron ver, en realidad, cosas interesantes. Por ejemplo: si el nivel del Naturhouse es el que enseñó durante la primera mitad, este año nos vamos a divertir.

Porque durante esos primeros treinta minutos, los de Jota González fueron superiores a los maños en casi todo. Muy bien en defensa, anticipantes y ladrones, saliendo fácil a la contra. En ataque: bastantes fluidos, comandados por un Tioumentsev que sigue conservando sus virtudes de lanzador pero que poco a poco les va añadiendo además las de un buen director de orquesta.

Los riojanos se fueron en esa parte cuatro arriba, y si el roto en el marcador no fue más grande se debió, seguramente, a la muy buena actuación del portero Pablo Hernández, además de al poco acierto al aprovechar las superioridades (hay cosas que no cambian de año a año).

Pero el Naturhouse jugaba muy bien con el pivote con grandes minutos de Garabaya, primero, y de Silva, después. Y el CAI no parecía tan fiero, echando mucho de menos al lesionado Arrhenius en ataque.

En la segunda parte las cosas cambiaron. Al Naturhouse se le vio falto de fuerzas, y además el CAI enseñó una defensa 5-1 que hizo daño. Las diferencias se quedaron en nada: a los riojanos les costaba mucho ahora marcar, fiados a acciones casi individuales de dos que nunca se arrugan: Paco y Tioumentsev. Hubiera podido pasar cualquier cosa, y al final ganó el CAI porque el Naturhouse no acertó en los dos últimos ataques. Para la prueba fue buena: se debe afinar, pero las cosas no son tan diferentes del año pasado.