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Balonmano

Doce horas de regreso para el Naturhouse

P.A.

Martes, 4 de mayo 2010, 12:15

En el imaginario del conductor español las autopistas alemanas son una especie de mito. Como el paraíso del coche, se supone: buenas, abundantes... y con velocidad ilimitada.

Claro que todo en esta vida tiene truco. Las autopistas alemanas tendrán velocidad ilimitada, pero eso será de madrugada. El resto del tiempo la educación de la mayoría de los conductores impide desmanes, por una parte. Pero por otra, el tráfico es tal que cualquier intento de pisar el acelerador se convierte en una tontería.

El Naturhouse se encontró ayer de bruces con esa realidad. Suerte que los riojanos fueron previsores, y madrugaron. Porque aunque ese despertador a las 5.45 fuera muy duro para casi todos tras el largo día del domingo, al final el madrugón fructificó: así, cuando el autobús del Lemgo que llevaba a los riojanos se encontró con dos horas de atasco en las cercanías de Dortmund, los nervios sólo temblaron un poquito.

Los de algunos, al menos: la mayoría de los jugadores, tan acostumbrados ya a estas palizas del autobús, dormía plácidamente en la parte trasera del vehículo. En la pantalla del vehículo oficial del Lemgo, el GPS enseñaba un panorama de autopistas marcadas por señales de atascos: mucha tecnología punta para advertir que, al final, en todas partes cuecen habas. Y 200 kilómetros en más de tres horas y media es una media igual de mala en España que en Alemania.

Y en fin, madrugón y atasco sólo fueron el inicio de un largo viaje de regreso a casa. Por mucho que ir a Alemania no sea lo peor que le puede tocar a un equipo español (al menos, en cuanto a distancia), las cuentas para el Naturhouse salen: autobús, espera en el aeropuerto, vuelo Düsseldorf-Valladolid y autobús hasta Logroño. En total, 12 horas casi exactas para una expedición exhausta. Eso sin contar un aterrizaje en Valladolid con turbulencias, y éxito a la segunda tras un primer intento abortado. Hubo quien llegó a tierra con el susto en el cuerpo... y quien iba tan dormido que ni se enteró.

Queda poco

Y es que a estas alturas a los riojanos el cansancio ya les viene como algo natural. Ésta será la tercera semana seguida jugando miércoles y sábado, así que las pilas, que ya estaban en al estado, empiezan a mostrar la luz de alarma. Suerte que los rivales, al menos los más inmediatos, llevan exactamente el mismo trote.

Así, los riojanos tienen sólo el día de hoy para preparar la gran final de lo que queda de temporada, ante el Reyno de Navarra. Queda el magro consuelo de que los antonianos no están mucho mejor: también han caído en semifinales europeas (las de la Recopa) y además han perdido a dos jugadores clave en el mismo día.

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