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Los miembros de la selección española de balonmano esperan en la cancha tras perder contra Dinamarca. :: REUTERS
Derrota dolorosa en la despedida
Balonmano

Derrota dolorosa en la despedida

España se deshace contra la defensa danesa, encaja una goleada y acaba sexta

MIGUEL A. PINDADO

Domingo, 31 de enero 2010, 01:47

Mal final para España en un campeonato europeo en el que ha primado la esperanza sobre la realidad. El equipo de Valero Rivera ha demostrado que tiene capacidad y potencial para llegar más lejos, pero también que en los momentos clave no dispone de los hombres adecuados para dar un golpe de mano sobre la pista y cambiar las situaciones.

Este sábado, en la lucha por el honor del quinto puesto, en la que sin duda España debería haber estado más enfrascada que Dinamarca, los de Valero Rivera pecaron de precipitación, de falta de liderazgo y del orden suficiente para remontar el partido.

No caben excusas de que el choque con los daneses no aportaba nada. El técnico español comenzó nuevamente con los jóvenes y después se olvidó de ellos para dar entrada a una vieja guardia para dar la vuelta al marcador, pero que en realidad se atasca en los momentos decisivos. Sólo Raúl Entrerríos intentó poner un poco de orden, pero el asturiano no tiene relevo ya que Valero Rivera parece no contar con Chema Rodríguez y está claro que ni Iker ni Alberto son capaces de hacer funcionar al equipo.

España volvió a plantear una defensa 5-1 para evitar las circulaciones de balón, pero también para frenar al cañonero Hansen. Los objetivos solo se lograron en los primeros quince minutos. Los daneses, ante la defensa abierta de España se decidieron a jugar con su pivote y Laen se convirtió en una pesadilla. Con todo, el ataque español mantenía el tipo pese a que ni Gurbindo ni Aguirrezabalaga encontraban comodidad en la defensa 6-0 danesa. Fue precisamente el cambio de estos dos hombres por Alberto y Malmagro, que coincidió con la exclusión de Garabaya lo que provocó el principio del fin. La velocidad del contragolpe danés y el parcial de 3-0 llevó la diferencia hasta el 15-10 (min. 21) que fue una losa para el equipo español. La precipitación, incluso en las superioridades sólo favorecía unos daneses que se limitaron a defenderse con un Kasper Hvidt espectacular en la portería, y lanzar contragolpes.

Tras el descanso, España tuvo un ligero atisbo de volver a meterse en el partido (25-21), pero entre las impresentables decisiones arbitrales, los cambios de Valero Rivera, la precipitación, las paradas de Kasper, los contragolpes daneses y los cañonazos de Hansen, la selección se deshizo como un azucarillo y solo Aguinagalde evitó que las diferencias fueran aún mayores.

Así pues, derrota dolorosa en la despedida que permite albergar esperanzas de recuperación, pero que deja a España en el segundo vagón del balonmano europeo.

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