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El dinosaurio pescador
IGEA

El dinosaurio pescador

Con los restos del Baryonyx de Igea se ha calculado que medía 3,75 metros y tenía una longitud de 8 metros

SANDA SAINZ

Jueves, 21 de enero 2010, 01:24

Desde el pasado sábado el Centro de Interpretación Paleontológica de La Rioja en Igea dispone de un elemento expositivo de sumo interés, una reconstrucción de la pata izquierda de un dinosaurio Bary-onyx terópodo (carnívoro bípedo). Este animal, conocido como dinosaurio pescador, habitó nuestras tierras hace 120 millones de años cuando eran zonas deltaicas en las que desembocaban numerosos ríos.

En el 2005 Patxi Sáez-Benito (entonces concejal y responsable del museo) descubrió los fósiles de los huesos de la pata que actualmente se encuentran en la Sociedad de Ciencias Aranzadi en fase de estudio y publicación.

Estos han servido para realizar la reconstrucción de la extremidad que mide 2,2 metros de altura y en cuya base se ha dispuesto un facsímil de icnita en arenisca de 50 centímetros de longitud. El hallazgo de los huesos cubre un vacío en las investigaciones al ser restos únicos y facilitará futuros estudios. Hasta el momento no había ninguna pata de Baryonyx. El British Museum de Londres expone un esqueleto de este animal pero no disponía de las extremidades. Los investigadores de Aranzadi Luis Ignacio Viera y José Ángel Torres comentan que es una prueba más que demuestra que en el Cretácico Inferior las Islas Británicas y la Península Ibérica estaban unidas y añaden con ironía respecto a los huesos encontrados: «El cuerpo estaba en Inglaterra y las patas en Igea».

En concreto se descubrieron el fémur, tibia, fíbula, calcáneo, astrágalo, metatarsos y falanges, gracias a lo cual se ha calculado de forma precisa el tamaño del dinosaurio. Hasta la fecha, las medidas se obtenían analizando las pisadas y la distancia entre ellas. El Baryonyx de Igea medía 3,75 metros de altura y 8 metros de longitud. Cuando erguía la cabeza alcanzaba los cuatro metros y una visión de varios kilómetros.

Además, uno de los huesos, en concreto la fíbula (peroné), presenta una deformidad debido a que el animal sufrió una rotura en vida y al curar quedó en forma de ese lo que hace que estos restos sean todavía más singulares.

¿Cómo se pudo fracturar la fíbula sin romperse la tibia cuando ambos están juntos, en paralelo? Viera explica que una de las teorías es que se produjo un golpe lateral, «la típica lesión de los futbolistas», posiblemente provocado por la cola de otro dinosaurio. La facilidad para encontrar alimentos (tal vez peces varados en grandes charcas) facilitó la supervivencia del Baryonyx igeano, que todavía estaba en fase de crecimiento según demuestran los análisis de los huesos fósiles.

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