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M. L. DE GUEREÑO CORRESPONSAL
Domingo, 20 de diciembre 2009, 02:12
El presidente cubano, Raúl Castro, hará balance hoy del año que se agota y presentará el plan para el 2010 ante la Asamblea Nacional. Algunos de sus conciudadanos esperan anuncios espectaculares, pero parece que no habrá muchas novedades y el cinturón deberá seguir apretado. Sí se sabrá si las expectativas de reformas aperturistas se cumplen o se desvanecen.
Después de varios días de comisiones sectoriales, los diputados escucharán el resumen de un período caracterizado por la crisis y pérdidas de 7.000 millones de euros (el 20 % del PIB) provocadas por el bloqueo estadounidense y los huracanes del 2008. La economía parece haber sorteado el trance a trancas y barrancas aunque los resultados no son los deseables pese al esfuerzo enorme por recortar gastos y el intento de reactivación de la producción interna.
Lo más complicado -y lo que más reclama la población- es la unificación de dos sistemas económicos y de dos monedas que conviven a duras penas. Corren de boca en boca, rumores de que en enero se implantará una nueva moneda, supuestamente acuñada como 'mambí', pero los especialistas opinan que la isla no tiene recursos para respaldar un cambio tan profundo como necesario.
El Gobierno rebajó el 30 % el gasto en importaciones, que en el 2008 alcanzaron los 10.000 millones de euros. Los ingresos también han disminuido. Los precios del níquel, principal producto de exportación, cayeron un 40 %. El turismo, que en el 2008 dejó 2.000 millones de euros, ha cosechado hasta la fecha 110 menos.
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