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CARLOS FERRER
Martes, 8 de diciembre 2009, 11:34
Desde muy pequeño, el base del Caja Rioja Borja Arévalo (Logroño, 8/1/91) fue acrecentando su afición por el baloncesto. Sus padres querían que hiciese algún deporte y «elegimos entre todos el de la canasta. En los Maristas era fácil decidirse por él, y yo tuve además la suerte de encontrarme con Reyes Gómez, que fue el entrenador que me animó siempre a seguir jugando y mejorando».
Tras jugar en el colegio hasta cadetes, fichó por el Clavijo, dio el estirón y pasó a entrenarse y jugar de vez en cuando en el primer equipo del club. Contaba con dieciséis años y era como un premio. Este año ha comenzado como uno más de la plantilla, con la misma responsabilidad y compromiso que los demás. Siempre está atento a los consejos que le dan y va asumiendo los cambios que se han producido en su vida.
Tuvo que cambiar sus prioridades, porque «en principio iba a estudiar Medicina, pero en este momento lo que quiero es jugar al baloncesto, aunque sin perder mis estudios. Estoy haciendo Ingeniería Técnica Agrícola y lo compagino con los entrenamientos y los partidos. Mediano me dice que después del baloncesto hay que tener algo hecho y le hago caso en ese sentido».
Protagonista
El domingo, ante el Santurtzi, realizó su mejor partido desde que juega en el Caja Rioja. Empezó a hacer bueno todo el trabajo y la experiencia adquirida en estos años y sacando a relucir sus dotes de buen jugador de baloncesto, aunque él prefiere dar más protagonismo a los que le rodean: «No me puedo quedar con eso. Los compañeros me indican que hay que seguir trabajando muy duro para llegar arriba. Jesús siempre me da consejos y me exige mucho en los entrenamientos y en los partidos. Quiere lo mejor para mí y también que dé el máximo».
Hace dos años debutó ante el Tarragona: «Lo recuerdo con mucho cariño. De ahí hasta hoy he ganado mucho en experiencia, mentalidad y físico. El trabajo en el gimnasio y con Nacho Arbués me han ayudado mucho en ese aspecto».
El caso es que aprende y lo deja ver sobre la cancha. Sala dice que tiene «inteligencia para ser base y capacidad para jugar como escolta. Se está soltando y a sus dieciocho años lo mejor es que es un proyecto a medio plazo, que está en progresión y que tiene mucho margen para mejorar».
Borja lo tiene muy en cuenta, incluso recuerda una frase de Juan Herreros, que le recuerda todos los días que «no deje de esforzarme ni un solo momento, que sólo así puedo llegar». ¿Hasta dónde?. «De momento hasta la LEB Oro y con el Caja Rioja. A partir de ahí, hasta donde se pueda, pero siempre con los pies en el suelo, y sin olvidar mis estudios».
Sabe que le queda mucho recorrido y ahora piensa en alcanzar una regularidad que sólo la da el trabajo diario y el esfuerzo: «Jesús recuerda muchas veces que hay jugadores muy buenos que se quedan en casa. Valoro todo eso y el apoyo que tengo siempre de mis compañeros. Ibon y Molina son con los que mejor me llevo, pero aprendo de todos y les agradezco la experiencia y las enseñanzas que me aportan».
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