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Ana Sanz posa junto a uno de sus cuadros durante la inauguración de la muestra. / E.D.R.
«El artista que hace bien las cosas no existe, sino el que tiene mundo y sabe venderse»
ANA SANZ PINTORA

«El artista que hace bien las cosas no existe, sino el que tiene mundo y sabe venderse»

Después de tres años de viajes, la pintora logroñesa Ana Sanz vuelve a exponer en Pedro Torres y sorprende con sus nuevos paisajes habitados

J.S.

Lunes, 19 de octubre 2009, 02:50

Sola, observando el deambular de la gente por las playas de Varadero o Normandía, Ana Sanz (Logroño, 1973) parece haber crecido. Después de una larga temporada viajera entre París, Berlín, Cuba y Roma, una de las pintoras jóvenes más prometedoras de La Rioja, vuelve a exponer en Pedro Torres. 'Seres de agua' es una colección sorprendente por la nueva dimensión que muestra la artista y por el efecto balsámico de su belleza.

- ¿Realmente estamos ante una nueva Ana Sanz?

- No, no lo creo. La gente está viendo un cambio muy acusado, pero yo creo que no lo hay tanto.

- No supone tanto una ruptura como una evolución.

- Es una evolución. Siempre he trabajado espacios naturales vistos desde la perspectiva del recuerdo. Aquí la diferencia es que aparece el ser humano, además con un guiño un poco humorístico.

- ¿Qué aporta la figura humana a su obra?

- Yo las observo igual que he observado siempre el paisaje. Lo único que con un objetivo lejano. A veces las acerco, acerco la mirada... La mía y la del espectador, de modo que el espectador se introduce en el cuadro como partícipe y también como protagonista.

- ¿Qué le ha llevado a esta novedad?

- Siendo artista y trabajando la imagen es muy difícil no tener presente a las personas alguna vez. Para mí había llegado el momento de plasmar la convivencia del ser humano con el paisaje. Me interesa cómo percibe el ser humano el entorno y cómo funciona esa interacción entre ambas partes.

- ¿Han tenido que ver sus estancias en otras ciudades durante los últimos años? ¿Cuánto ha influido el viaje exterior de la mujer en el viaje interior de la artista (o viceversa)?

- No lo sé. Cuando viajas tienes relaciones muy diferentes con personas muy diferentes y tu mundo emocional se amplía a todos los niveles, tanto en las relaciones humanas como en tu forma de ver y de plasmar lo que ves. También he estado más sola, y la observación del resto de personas quizás haya sido una necesidad motivada desde esa soledad. Quizás cuando estás en tu entorno natural, rodeado de tu gente, no observas igual lo que sucede.

- ¿Lo que ha visto en este tiempo ha cambiado su percepción del mundo del arte?

- Nunca he sido escéptica: creo en el arte, es algo que amo y respeto y, quizás por eso mismo, también le tengo mucho miedo. Si no sintiese eso... No sé, me he dado cuenta de que hay gente que no tiene tanto respeto por el arte y, sin embargo, le van mejor las cosas que a otros que sí...

- Es un mundo y una época de cínicos.

- ... Tienen más jeta y su éxito se debe en un ochenta por ciento al y sólo en un veinte al trabajo de verdad.

- ¿Qué es lo que más le ha llamado la atención?

-Berlín. Es ahora mismo la ciudad más dinámica para el arte. Allí sientes que hay que estar donde ocurren las cosas, porque a tu casa de Logroño no te van a venir a llamar por muy bien que hagas las cosas. Hoy no existe el artista plástico que hace bien las cosas, existe el que se mueve por el mundo, el que conoce a mucha gente, el que sabe venderse.

- ¿Cómo se las apaña la artista para capear la crisis?

- Yo creo que no ha hecho más que empezar y todavía la gente está intentando sobrevivir. Pero si perdura habrá mucha gente que se retire de esto. Todo el mundo está asustado porque, si no vendes, de qué vives...

- ¿Usted se lo plantea? ¿Se imagina vivir de otro modo?

- No. Me puedo imaginar buscar otras opciones que tengan cierta relación con lo que hago, pero no dejar esto. Si algún día lo dejase sería por otras cuestiones, pero nunca por una crisis económica.

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