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PABLO JOSÉ PÉREZ
Domingo, 11 de octubre 2009, 12:51
«Cuando comenzamos a gobernar, nadie nos creía cuando decíamos que íbamos a arreglar esta carretera, porque lo habían oído muchas veces. Catorce años después hemos llegado hasta la Venta de Goyo, tras una inversión de veinte millones de euros y ya estamos proyectando los tres últimos tramos hasta Canales de la Sierra».
Así se expresaba ayer el presidente del Gobierno riojano, Pedro Sanz, en el flamante nuevo aparcamiento situado cerca de esta venta ante una importante representación de alcaldes de las Siete Villas, los propietarios de las Ventas de Goyo y Macario, el consejero de Obras Públicas y otras muchas personas en el acto de inauguración del nuevo tramo de la LR-113.
Esta actuación ha tenido como objetivo ampliar el ancho de calzada y mejorar las condiciones de circulación de la carretera, a lo largo de un tramo de 5,2 kilómetros, entre el puente de Viniegra, en las cercanías de la conocida Venta de Goyo, y la Venta de Macario (tramo comprendido entre el punto kilométrico 24,500 y 30,200).
Una de las intervenciones más singulares de la obra ha sido la construcción de un puente sobre el arroyo Rigüelo para salvar el recodo pronunciado de la carretera. Tiene una longitud de 40 metros y dispone de una estructura formada por estribos de tipo cerrado con dos arcos paralelos cimentados directamente sobre roca y pilares apoyados sobre arcos y zapatas.
Sobre esos elementos se sustenta el tablero de 11 metros de ancho y espesor uniforme de 35 centímetros entre los dos arcos y variable en los voladizos laterales. Esta estructura se proyectó para intentar evitar la invasión permanente del cauce y para no interceptar el paso de fauna del río Rigüelo.
Además del nuevo puente, la intervención en la LR-113 se ha completado con la ampliación de la plataforma de la calzada hasta los 7 metros -con dos carriles de 3 metros con su correspondiente arcén a cada lado de 0,50 metros-, el aumento del radio de las curvas y la construcción de voladizos donde era peligroso arañar las laderas, ya que por la composición del terreno se desprenden piedras.
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