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A. GIL
Domingo, 27 de septiembre 2009, 11:47
La cosecha del 2009 garantiza por el momento cantidad, pese a las descargas realizadas por la gran mayoría de los viticultores, y sanidad, pero la calidad está pendiente aún de confirmarse. Así lo entienden al menos los técnicos consultados por Diario LA RIOJA, entre los que se empieza a imponer el optimismo sobre el principal problema de la maduración: el desfase entre el grado alcohólico y los polifenoles, el color de la uva, bastante más retrasados. En este sentido, la última semana, tras las lluvias, ha hecho, no obstante, recuperar las expectativas y hay quienes afirman que, si el tiempo sigue acompañando, habrá uvas de gran calidad.
La Rioja Baja
Abel Torres, gerente de la cooperativa de Aldeanueva, considera que se han superado buena parte de los problemas aromáticos y de polifenoles: «La acidez es baja, pero solventable enológicamente, y el tempranillo trae color y, sobre todo, está muy sano». «Había, es cierto, un cierto desequilibrio con la madurez fenólica, pero se está consiguiendo cuando la gente ha tenido paciencia y ha esperado la maduración de la piel». Torres habla con propiedad, ya que Viñedos de Aldeanueva prácticamente ha recogido la mitad de la cosecha e incluso ha hecho ya los primeros descubes: «Nuestra uva está lista y en una o dos semanas habremos terminado».
El investigador Manuel Ruiz Hernández confirma que «hay bastante uva y muy sana, como aspectos positivos, bien de grado, pese al parón de las últimas lluvias, pero bastante justa de maduración fenólica». «Se necesita tranquilidad y paciencia para obtener uvas de calidad», aconseja. Ruiz Hernández señala que la «maduración está adelantada, como en otras tres co- sechas del siglo XXI, pero falta color, hecho que normalmente se corrige con paciencia y espero que así suceda». El investigador insiste en que «es pronto para hacer juicios sobre calidad, ya que, si el tiempo sigue acompañando, puede recuperarse perfectamente ese desfase».
Mejores perspectivas
En la misma línea, Eugenio García del Moral, presidente de la Asociación Riojana para el Progreso de la Viticultura (Arprovi), ciñe su análisis a la zona de La Rioja Alta, donde la vendimia apenas ha comenzado, y empieza a ser más optimista: «La maduración de azúcar iba adelantada, pero la fenólica lenta, lo que hacía pensar en vinos verdes, pero las cosas han comenzado a cambiar con las lluvias de la semana pasada», explica. «El agua no es buena a estas alturas -continúa-, pero el grado se ha contenido y ha habido días de sol con noches frescas que nos han venido muy bien». García del Moral señala que «las previsiones del tiempo también son buenas, así que creo que es posible que se equilibren las cosas, ya que la sanidad sigue siendo extraordinaria y hay margen para esperar».
Juan Carlos Sancha, bodeguero e investigador, es también optimista: «Veo muchas viñas y hay muy buenas perspectivas en las zonas más frescas de La Rioja Alta, donde las plantas han sufrido menos la sequía». «La uva está absolutamente sana -agrega- y, en cuanto al color, es cierto que tenemos que esperar, pero tenemos tiempo». Sancha señala que los hasta más de 40 litros caídos en algunas zonas «llegaron tarde», pero en La Rioja Alta hay tiempo para vendimiar y en la Baja no llovió tanto.
El bodeguero coincide con el resto de técnicos en que «hay que esperar y darle tiempo a la uva, pero ya hemos visto en la última semana que, con las noches frescas, se ha recuperado mucho».
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