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Perder aquí y enfadarse
Balonmano

Perder aquí y enfadarse

Un ambicioso Naturhouse juega de tú a tú al Valladolid pero se desinfla al final

PABLO ÁLVAREZ

Jueves, 24 de septiembre 2009, 11:21

Ir a Valladolid, donde no gana casi nadie, y salir derrotados. Y aún así, estar enfadados. De hecho, muy enfadados: no habrá muchos técnicos visitantes tan frustrados en la sala de prensa del Huerta del Rey como Jota González ayer.

Porque, efectivamente, el Naturhouse jugó buen balonmano durante muchos minutos, estuvo en el partido durante casi todo el tiempo, y al final, como pasa casi siempre, el grande se impuso. Pero este equipo no quiere eso. Quiere, con el tiempo y un poco de suerte, ser un grande de este deporte. Y eso pasa por un cambio de mentalidad: ir a casa de un grande, perder... y enfadarse.

Si uno no tuviera en cuenta las diferencias de todo tipo entre Naturhouse y Valladolid, el enfado estaría más que justificado. Podría decirse, por ejemplo, que los riojanos tuvieron en su mano una oportunidad tras otra para abrir el marcador en la segunda parte, y que sin embargo las desaprovecharon todas con errores continuos.

Pero al final las cosas son como son. Los jugadores de Valladolid son tan caros porque saben jugar con el marcador, contra el marcador y a pesar del marcador; con mucho aplomo y las tablas suficientes como para no cometer errores tontos -de ésos que se han trabajado durante la semana- en los momentos decisivos. Los del Naturhouse son un puñado de buenos jugadores, algunos de ellos muy prometedores, pero aún no llegan a ese nivel.

Lorger

En la segunda parte, por ejemplo, Gregor Lorger tuvo unos minutos insultantes, parando cosas de todos los colores. Si esos balones que Lorger regalaba inmaculados a sus compañeros hubieran acabado mejor, el Naturhouse podría haber abierto una brecha de 4 ó 5 goles mediada la segunda mitad. Pero se fueron en pasos, faltas, pérdidas, malos tiros. Lo peor cuando, con el 23-24 a falta de 11 minutos, el Valladolid estaba con 4 jugadores de campo y aun así consiguió marcar, mientras el Naturhouse desperdiciaba sus ataques.

Una lástima, sí, porque los franjivino habían demostrado que pueden estar a ese nivel. Una racha de pérdidas les había puesto 4 abajo en la primera parte, pero cuando esos balones dejaron de regalarse, los riojanos remontaron con aparente facilidad para irse al descanso empatados. Jugando a lo que saben, en fin, los riojanos podían competir con los de Pastor.

Pero no jugaron a lo que saben, y el Valladolid sí lo hizo. Cuando a Lorger se le acabó la cuerda de parar, en ese preciso momento, apareció Thomas Svensson. En Valladolid podrían poner un monumento a la directiva del San Antonio pamplonica, por despedir a este enorme porterazo en julio. Valladolid lo recibió con los brazos abiertos, y su portería ahora es una de las mejores de España. Cuando el sueco cogió la racha, a partir del 20, el Naturhouse sencillamente se fue.

Porque parar 7 de los últimos 8 balones del partido es mucho. Y el Naturhouse no aprovechó las paradas de Lorger, pero el Valladolid no pensaba hacer lo mismo con las de Svensson. Un 7-0 entre el 50 y el 58 acabó con el partido, y se llevó el marcador a unas distancias del todo injustas (32-26) para lo que allí se había visto.

Buena noticias: el momentazo de Bashkin (¡11!), que Velasco sigue bien, y que el brasileño Silva enseñó cosas buenas, aunque aun le falta. Y tampoco es malo cabrearse por perder en Valladolid. Se empieza por querer... y se acaba por poder.

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