Qué partidazo

Al partido de ayer no se le puede pedir más, a excepción del triunfo de Titín. En fin, no pudo ser. El riojano y Begino se despidieron del torneo de parejas y será más que probable que al de Tricio se le vuelva a ver jugando el sábado en el desafío del vino.

Irujo y Beroiz ganaron ayer por 22-20 en un partido que reunió todos los ingredientes que debe tener un día grande de pelota. Pasión a raudales, presión, jugadas de belleza, sufrimiento, ritmo, cánticos, bronca... Se jugarán mañana el pase a la final contra Bengoetxea VI y Beloki.

Uno se podría quedar seco de adjetivos para catalogar lo visto en Las Gaunas. Qué casualidad que siempre esté el de Tricio metido en estos ajos. Pura adrenalina. Carácter puro de la pelota. Su esencia. Ese elixir que uno anda buscando tarde tras tarde y sólo encuentra de vez en cuando. Esas veces que los pelotaris piensan en grande, en ganar, en exprimirse sea como sea en busca del triunfo, sin dejarse nada en la mochila, vaciándose. Lo de ayer fue para enmarcar. Pura generosidad de los cuatro. Irujo, en su línea, sumando de catorce en catorce y perdiendo de nueve en nueve. Es así. Lo sabe y ojalá siga siendo así. Genio en estado puro.

Titín, por su parte, responsabilizado por tener que ganar. Ahí le tienen al 'viejo' dando espectáculo a sus 40 'tacos' y garantizando muchos tantos por partido. Larga vida.

Begino, la derecha elevada a la enésima potencia quiso, pero no pudo. Soltó el brazo con ganas, pero se encontró con un Beroiz que se ha cuadrado en la élite y de ahí no va a bajar. Al tiempo. Es hora del relevo. Recordarán los aficionados que llegó el año pasado al Adarraga en un complemento que representaba su segundo partido como profesional. Sólo ha pasado un año y es el campeón manomanista de segunda entre otras cosas. Ahí le tienen, convertido en la quinta esencia de la zaga. Un diamante. Bravo chaval.

A todo ritmo

En 56 minutos aniquilaron Irujo y Titín un partido de 42 tantos. Eso es ir a toda pastilla y más en una cancha áspera como la lija. Y 386 pelotazos, el más rápido de los vistos hasta el ecuador de la feria. ¡Pim, pam, pum! como los pistoleros. Aquí te pillo, aquí te mato.

Empezó bien la cosa para el de Tricio con un 0-4. Fallaba Irujo, fallaba Beroiz, un saque y un bello tanto de gancho. Coser y cantar. Enmendó Irujo con una pasada por la pared, pero volvía a fallar y Titín volvía a estar incisivo con el saque: 1-6. De ahí al empate a 6 en una reacción del delantero de Ibero, tan efectivo como errático y alocado. Sus errores daban vida a una pareja que no anotaba y que aguantó hasta la igualada a doce.

Un tanto increíble

El 12-12 ganado por Irujo de volea cortada tuvo un desarrollo espectacular. Beroiz lo llevó todo. Soltó un sotamano desde el ocho que a otro ser humano le hubiera traspasado la piel y el alma. Pero es que, además, la puso a botar en sus pies. Increíble. Titín revolucionado, Irujo, cómo no, Begino pensando si no hubiera sido mejor no subir al tío-vivo. La locura. La gente en pie.

Arreglaron los rezagados a un 15-18 gracias a tres fallos rivales y dos saques de Titín, pero Irujo devolvía la ración para irse arriba 19-18. Nueva igualada a 19 tras error de bulto en un sotamano del de Ibero en el cuadro uno, pero enmendó a renglón seguido con un pelotazo largo y una pasadita por la pared. Begino lograba su segundo pelotazo y ponía el 21-20. No hubo más igualadas. Irujo abría de zurda al ancho en el 22. Aplausos y ovación a los protagonistas. Una gran tarde.