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Gurutz y Amargant se felicitan. / M. LORENZO (GECASPORT)
Guardiola saca el látigo
Balonmano

Guardiola saca el látigo

Dos golazos finales de Isaías dan el justo premio al Naturhouse con una muy trabajada victoria

PABLO ÁLVAREZ

Domingo, 20 de septiembre 2009, 11:29

El partido no lo ganó Isaías Guardiola. Seguro: lo ganó la defensa del Naturhouse, su trabajo concentrado, la cabeza en ataque. Y seguramente será una injusticia decir que el zurdo le dio dos puntos a su equipo. Fue el conjunto en pleno quien se los exprimió a base de sudor en el sofocante pabellón de Torrevieja.

Pero, en fin, estas cosas son así. Y aunque sea el conjunto el que gane o pierda, el deporte necesita de sus héroes. De ésos que, a falta de 40 segundos, con los árbitros amenazando en pasivo, el partido empatado y una muralla de brazos delante, son capaces de romper la escuadra de la portería con un gol desde 10 metros. De ésos que, veinte segundos más tarde, saltan por encima de quien haga falta para matar la base del poste contrario. De ésos, en fin, que están ahí para ganar partidos.

Isaías se llevó las medallas de ayer. El alicantino está donde se suponía que iba a estar: un punto por encima, con un brazo izquierdo estratosférico, una actitud en defensa encomiable, y una fuerza mental como para asumir durante todo el partido sin venirse abajo. De él llevan tiempo diciendo que será uno de los mejores jugadores españoles. A este nivel, sobra el futuro: ya lo es.

Defensa y defensa

El látigo de Isaías fue la piedra vértice de una pirámide que el Naturhouse fue elevando chinita a chinita. Con una base: uno de los mejores esfuerzos defensivos que se le han visto a este equipo. El Torrevieja ha perdido algunos jugadores muy decisivos -Hansen y Gurbindo, sobre todo- mas sigue teniendo sus armas. Pero ayer sus jugadores se vieron una y mil veces colgados, sin encontrar juego fluido, estrellados contra una muralla que parecía leerles la mente.

Y eso que Torrevieja había empezado bien, llevado por un Pepe Novelle que aquí podrá demostrar sus cualidades. Al Naturhouse le costó un cuarto de hora cogerle el aire al partido, sobre todo a la hora de aprovechar los balones que se ganaban en la defensa. Salió de inicio Tioumentsev, pero al hispano-ruso le faltan millas de vuelo en este sistema. Sus cualidades no se ven porque juega agarrotado, pensando siempre demasiado qué se supone que debe hacer.

Cuando, hacia el 15, salió Miguel Ángel Velasco, el ataque vio la luz. El central segoviano es ahora mismo un espejo de Tioumentsev: no tiene sus cualidades físicas, seguramente, pero todo lo hace fácil.

Con Velasco al mando surtiendo de juego a Isaías y a los dos extremos (Arriate en juego, Bashkin en los penaltis) el partido se puso donde iba a estar desde ahí. O sea, el Naturhouse delante y el Torrevieja detrás, intentando seguirlo con todas sus fuerzas.

Los alicantinos tienen fuerza, tienen coraje, tienen jugadores (Novelle y el argentino Vieyra fueron ayer sus armas) pero sus opciones en ataque estaban muy limitadas. Así, el Naturhouse se fue despegando poco a poco hasta el ecuador de la segunda mitad: 19-23, minuto 45.

¿Cómo, entonces, se vio un final tan agónico? Pues, aunque suene feo, fue cosa de los árbitros. Entre el minuto 15 y el 21 el Naturhouse recibió tres exclusiones seguidas, las tres como poco rigurosas, como mucho increíbles. Sorprende, pues, la airada reacción del banquillo local con el arbitraje: el gran Manolo Laguna protestó muchísimo. El caso es que Torrevieja aprovechó para arrimarse y el partido acabó, en fin, en las manos del látigo de Isaías.

El látigo restalló, el partido se ganó. Y ya son tres puntitos.

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