![Arrate se gana un regalo](https://s1.ppllstatics.com/larioja/www/pre2017/multimedia/prensa/noticias/200909/13/fotos/1630256.jpg)
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PABLO ÁLVAREZ
Domingo, 13 de septiembre 2009, 13:56
Último minuto: el Naturhouse entra con un gol de ventaja en el marcador, 30-29. Juega tranquilo, al límite del pasivo, hasta que Isaías se lleva un mamporro en toda la cara. Tarjeta roja para un jugador de Arrate, Obrvan.
Ahí estaba: 45 segundos por jugar, un gol por delante, posesión de balón. Pero cuando todo parecía de cara, todo se hizo mal. Un último ataque sin profundidad hizo que los árbitros levantaran el aviso del pasivo, la primera línea se hizo un lío, el balón se perdió.
Y ahí, con 20 segundos de tiempo y en inferioridad, Arrate se ganó un punto: un buen ataque al filo, un balón al jugador menos probable (el extremo que menos había participado, Arroyo) un gol en la bocina. Empate.
Los guipuzcoanos lo celebraban, y bien hacían. Se habían ganado un puntito de regalo en un partido en el que estuvieron todo el rato a remolque, con hasta cinco goles de diferencia en la primera mitad. No le perdieron nunca el aire al encuentro, supieron esperar a que el Naturhouse flaqueara donde siempre (en las superioridades) y sacaron petróleo.
Primera unidad
¿Y el Naturhouse? Pues bien y mal, a rachas. Como en todo primer partido de la temporada, tuvo minutos de buen balonmano (las primeras defensas fueron realmente buenas) y otros de dudas, de pérdidas, de titubeos.
Los primeros quince minutos de Arrate fueron malos, y el Naturhouse se fue por delante con comodidad hasta que le cayó encima el acorazado arbitral: tres exclusiones en seis minutos. Fue a partir del 19. En ese momento, Jota González había sacado del campo a su «primera unidad»: todos los del año pasado, menos Arrieta. La tempestad de exclusiones coincidió con la salida de los 'nuevos' y a día de hoy todavía se nota diferencia entre unos y otros. Es algo acostumbrado en los equipos de este tipo: las diferencias irán desapareciendo con el tiempo.
Pero lo que sí trajo ese momento fue que el partido entró en otra fase. El Naturhouse estuvo casi siempre por delante, pero nunca a más de dos goles.
La segunda mitad, así, sería un emocionante toma y daca sin tregua, sólo salpicado por alguna irritante tontería arbitral. Arrate se apoyaba en tres jugadores magníficos: el central Cutura, el lateral izquierdo Harsanyi y el extremo Toro Szabolcs. 21 goles entre los tres, con algunos auto-fabricados.
Cuando el Naturhouse perdió una superioridad 1-2, el Arrate se puso por delante: fue en el minuto 45, con el electrónico en 22-23. Lo de las superioridades del Naturhouse merece capítulo aparte. A lo largo del año pasado, la incapacidad para sacar partido de los momentos con un jugador más en la cancha fue constante. Y este año sigue así. Algo habría que modificar para que cambiara esa dinámica que ayer, por ejemplo, al Naturhouse le costó un punto.
El Arrate no duró mucho por delante: lo que les costó a Isaías y Bashkin -día de zurdos en el Palacio- en hacer un par de goles rápidos. El Naturhouse jugaba esos minutos con mayor aplomo, pero nunca pudo irse más allá de dos goles: siempre se fallaba algo, se caía alguien, se pitaba algo.
Al final, llegó ese último minuto en el que el Naturhouse regaló un punto en su estreno liguero No es que Arrate no se lo mereciera. Pero no por eso fue menos doloroso.
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