Otra buena señal

No hay que negarlo: esto tiene buena pinta. El Naturhouse La Rioja ha estrenado su temporada europea con dos amistosos ante rivales teóricamente superiores, y ha ganado los dos. Cierto es que el pasado viernes, ante el CAI, existía la excusa de un equipo lleno de agujeros y con muchos juveniles. Pero ayer, en Lerín, no: el rival estaba entero (o casi). Y el resultado fue el mismo, una muy buena victoria, y minutos de buen balonmano.

Es cierto que, a día de hoy, el Naturhouse sigue lejos de su forma. En su juego de conjunto -siempre tan ordenado, como manda la 'marca' Jota- sigue teniendo agujeros, y hay fallos de conjunción en defensa, y precipitaciones en ataque. Y también que algunos jugadores tienen tantas cosas en qué pensar que, cuando el balón les llega, son lentos, poco espontáneos, faltos de chispa.

Aún así, también hay unas cuantas señales que invitan a ser optimistas. Con moderación, porque las pruebas de agosto son muy engañosas.

Otros

Pero esas señales optimistas existen. Por ejemplo, la aportación de muchos jugadores. Ayer, en su debú, Paco López estuvo sensacional en ataque; hizo 7 goles sin fallo, algunos muy meritorios por la amenaza del pasivo.

También hubo pólvora en los extremos, uno de cada: Ismael Juárez y Unai Arrieta tuvieron su día, igual que Parra lo tuvo el día del CAI.

Y, en fin, hay más. A Sorrentino aún le falta naturalidad con este sistema, pero aún así hizo 4 de 5 lanzamientos. Y Ales Silva, el pivote brasileiro, aportó cositas en defensa y en ataque, con 3 goles: uno de ellos, de espaldas a la portería, fue muy celebrado por la parroquia logroñesa, casi mayoritaria en las gradas.

La prueba tiene valor porque el rival es de aúpa. Jota González cree que este San Antonio es mejor que el del año pasado. Por ahora ha heredado algunas características, como esa rocosa defensa -en ocasiones algo más que rocosa- y tiene hombres de una calidad tremenda, como el polaco Mariusz Jurkiewicz. Es cierto que sin éste último el ataque antoniano pierde, por ahora: su ausencia tuvo a su equipo sin anotar durante 5 minutos al final de la segunda parte, y el Naturhouse se fue cinco arriba al descanso con un arreón de Sorentino.

Luego, en la segunda parte, fue el polaco, junto con el portero Ristanovic quienes mantuvieron a su equipo, que había llegado a estar hasta 7 abajo. Entre ambos pusieron picante al marcador, en unos minutos en los que el Naturhouse, a falta de buen juego, enseñó consistencia para aguantar la ventaja ante un rival superior. Pero los fallos en ataque, que permitieron correr a los navarros, a punto estuvieron de costarle el partido.

Al Naturhouse aún le queda para ser el equipo que tiene Jota González en mente, pero no se puede decir que las señales sean malas. Más bien lo contrario: esto tiene buena pinta.