Compañero Jota

Ayer, mientras los equipos de Asobal iban digiriendo cómo será la temporada que viene, el entrenador del Naturhouse, Jota González, volaba. Cruzando el charco, destino Cuba. Pero no de vacaciones: el vallisoletano va de cursos. Y él es el profesor.

El balonmano cubano tiene un problema. Su materia prima es muy buena, con jugadores de un nivel físico excelente, pero su técnica se ha quedado un tanto anclada en el pasado. De ahí que la Federación Internacional de Balonmano, la IHF, haya creado el Programa de Actualización de Técnicos, que intenta trasvasar conocimiento de los países más avanzados.

La IHF solicitó a Jota su colaboración en este programa, y de ahí el viaje de estos días. En teoría, el curso es para «unos 45 técnicos de máximo nivel», explicaba González antes del viaje. «Hablaremos de defensa, ataque, de técnicas de análisis de vídeo... un poco de todo».

Jugadores huidos

No se trata, aseguraba el pucelano de decir «esto es lo mejor. Si yo siempre supiera qué es lo mejor, ganaríamos todos los partidos de 40». La cuestión es, asegura, «aportar distintas ideas, que sepan que hay otras posibilidades entre las que luego se puede elegir».

Y es que el balonmano cubano ha dado un paso atrás en los últimos años. «Cuba tuvo generaciones muy importantes, con grandes jugadores como Vladimir Rivero, Julio Fis, Rolando Uríos, Ivo Díaz...». Pero desde entonces, cuando esos grandes jugadores abandonaron la isla, el balonmano perdió pie. Fue un éxodo entre político y económico, que dañó mucho la competitividad de Cuba. Poco a poco todos esos jugadores (ya retirados, la mayoría) han normalizado sus relaciones con la isla. Todos menos Julio Fis, a quien el régimen sigue prohibiendo volver a su país después de tantos años.

Jota deja Logroño cuando aún no se ha cerrado el último fichaje del Naturhouse. El técnico, que ha visto vídeos de varias decenas de pivotes durante las semanas, seguirá las gestiones del club vía telefónica.

El curso es intenso -mañana y tarde durante los próximos cinco días- y Jota volverá a Logroño el día 17. No habrá descanso: tres días después, el 20, el Naturhouse vuelve al trabajo.