Penúltimo trámite

La selección española de balonmano encarriló ayer su clasificación para el próximo Campeonato de Europa de Austria tras apabullar a Ucrania (30-21) un rival que en el encuentro de ida había sorprendido a España, entonces dirigida por Javier García Cuesta.

De este modo, el conjunto dirigido por Valero Rivera se afianza en la primera plaza del grupo y el próximo miércoles puede obtener su billete para Austria, si logra ganar a Lituania en Cangas do Morrazo.

La rejuvenecida España dejó muy buenas sensaciones. Tras el gol inicial de Ucrania, España funcionó como un engranaje perfecto, especialmente en defensa. El 6-0 español rindió a un gran nivel y eso le bastó para machacar a un rival que decepcionó en Vigo.

Un contundente parcial 7-0 en doce minutos disparó a España en el electrónico ante la pasividad del seleccionador ucraniano, Leonid Zakharov, que tardó una eternidad en agotar su tiempo muerto pese a la desesperación de sus jugadores (7-1, min.12).

Pero, tras el parón, la selección no bajó el ritmo. El sello de Valero Rivera ya se nota en este equipo. El técnico catalán, a pesar de las amplias ventajas con las que jugó su equipo durante todo el choque, se encargó de evitar cualquier relajación en sus jugadores.

Sin historia

Únicamente las rotaciones en el equipo español y algunas precipitaciones en las transiciones ataque-defensa evitaron que España llegara al descanso con una goleada de escándalo, pues esos errores los explotó Ucrania para maquillar un poco el resultado al finalizar el primer acto (16-10, descanso). En la segunda parte el encuentro no tuvo historia. Ucrania bajó los brazos y Rivera repartió minutos entre todos sus jugadores, pues sólo el joven Eduardo Gurbindo se quedó sin jugar.

La selección, liderada por un espectacular Cristian Malmagro, máximo goleador del partido, siempre jugó con ventajas de seis y siete goles, renta que llegó a los nueve tantos al finalizar el partido.