«La ilusión puede con todo»

Recién terminada la temporada del Naturhouse, Jota González, su entrenador, está relajado, satisfecho... y expectante. El equipo acaba de firmar el mejor curso de su corta vida (séptimo en la liga Asobal), pero aún puede conseguir algo verdaderamente histórico: si el Valladolid gana la Recopa, el Naturhouse se convertirá en el primer club riojano en disputar una competición europea.

- Falta la guinda.

- Es lo más importante. Lo llevo con una emoción especial. Aquí hay mucho jugador joven, mucho jugador que no ha disputado una competición europea, y además en un club y en una ciudad que jamás ha vivido eso. Si no nos metemos en Europa, nos dolerá bastante. Sería una decepción: llevamos toda la temporada al borde de la Copa del Rey, al borde de la clasificación europea y si al final no tenemos premio...

- ¿Cuál es la receta para jugar la EHF y no notarlo en la liga?

- Saber recuperar, saber dosificar... Sobre todo, nos costará jugar partidos sin tener mucho tiempo de preparación: nos gusta ver mucho video, analizar detalladamente a los rivales. Eso nos ha dado puntos. Pero en el equipo hay muchísima ilusión por jugar en Europa y esa ilusión va a poder con todo, incluso físicamente.

- Si al final no vamos a Europa, ¿acusaremos el golpe moral?

- Sería una desilusión. Pero eso habría que reconvertirlo en un factor de ánimo: cuando te acercas a un objetivo, cada vez lo ves más cercano.

- En cualquier caso, si le llegan a decir a principios de temporada que íbamos a acabar así, lo hubiera firmado.

- No pensaba quedar séptimo. Siempre esperas grandes cosas de la temporada, pero veía incluso más factible clasificarse para la Copa del Rey que lograr la séptima plaza al final, en una liga tan competitiva. Pero hemos hecho una segunda vuelta más regular que otros, hemos adelantado a varios equipos y ha sido un éxito total, que nadie esperaba.

- ¿Cómo se consigue que una plantilla a la que no se le paga todo el sueldo tenga ese rendimiento?

- La ilusión puede con todo. Mientras deportivamente la gente se sienta contenta, esté a gusto entrenándose, tenga objetivos ambiciosos... Todo eso ayuda a que la gente sobrelleve los problemas económicos. Y por otro lado, está la confianza en el club. Los jugadores saben que la directiva trabaja de una forma seria, aunque se tengan problemas puntuales, y eso les tranquiliza.

- ¿Influye también la actitud de los pesos pesados del vestuario?

- Sí. Hay jugadores muy determinantes. Gurutz, como capitán, tiene mucha confianza en el club y él hace una labor muy buena como transmisor entre el equipo y la directiva, y viceversa. Es muy importante tener un interlocutor que vea que las cosas son difíciles, pero que se está trabajando bien.

- ¿El Naturhouse tiene un jefe en la pista?

- Los capitanes son los porteros; y desde la portería se puede transmitir ánimo y otras muchas cosas, pero no dirección de juego. Eso corresponde a una posición que para mí es clave: la de central. En Valladolid, Raúl González primero y Chema Rodríguez después eran centrales, capitanes y jugadores internacionales. Todo eso ayuda.

- En nuestro caso, los centrales no desempeñan esa labor.

- Deberían ejercerla los jugadores de la primera línea: centrales o algún lateral fuerte. No hemos tenido un líder nato en la pista en esta temporada. Quizá Diego (Pérez Marne) lo era en la primera temporada en Asobal. Ahora el grupo es más homogéneo y nadie ejerce ese liderazgo.

- ¿Y qué es mejor: la fuerza del grupo o un referente absoluto?

- Es muy importante tener un líder en la pista, siempre y cuando ese líder no se haya autonombrado o lo hayan impuesto. Debe ser alguien reconocido. En nuestro caso, Gurutz (Aginagalde) lo es en el vestuario. Se le tiene un máximo respeto. En la pista, un entrenador no puede crear eso; debe surgir desde el grupo. Imponerlo es contraproducente.

- Hay muchos jugadores que quieren venir porque piensan que con usted pueden crecer. ¿Prefiere trabajar con promesas que con gente ya hecha?

- Al final, uno debe adaptarse al perfil económico. Ahora tengo más predilección por jugadores que no han terminado de explotar, pero que pueden hacerlo. Es, por ejemplo, el caso de Tioumentsev. O de Sorrentino. Si hay posibilidad de fichar a algún jugador contrastado, se le ficha; pero reconozco que trabajo más a gusto con jugadores que vienen a comerse el mundo y que, al no ser tan estrellas, son más fáciles de llevar.

- Los cinco jugadores fichados para la temporada que viene (Lorger, Sorrentino, Tioumentsev, Juárez y Arrieta) coinciden en que se animaron a fichar porque piensan que usted les podía «hacer progresar».

- Antes de fichar a un jugador, cuando estamos negociando, yo siempre le llamo para explicarles lo que se pretende de ellos. No me gusta hacerles falsas promesas. Algunos vienen y dicen eso, pero también hay otros que deciden no venir.

- ¿Qué es lo que más le ha gustado de su equipo?

-El buen ambiente del vestuario y la mentalidad ganadora para afrontar todos los partidos.

- ¿Por eso plantan cara a los grandes, aunque sepan que ganar es casi imposible?

-Entregar los partidos resta muchas posibilidades a los jugadores. La idea es decir: hemos plantado cara al Ciudad Real, ¿por qué no vamos a poder ganar a estos otros? Ese esfuerzo hace que el equipo crezca. Por ejemplo, ahora en los tramos finales de los partidos tenemos más serenidad, más aplomo, y somos capaces de ganar. Es cuestión de madurez.

-¿Y en lo negativo? ¿Qué no han hecho bien?

- Ha habido momentos en los que no hemos sabido crear un ambiente estable. Quizá inducidos por mí, cuando recibíamos una derrota dolorosa no éramos capaces de ser positivos. Y al revés, a veces estábamos demasiado eufóricos. Nos ha faltado esa estabilidad, esa regularidad: saber que cada partido es distinto y que lo que hayas hecho en uno no determina lo que hagas en el siguiente. Eso tenemos que cambiarlo.