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J.M.C.
Jueves, 14 de mayo 2009, 10:56
Los tenistas, algunos de los cuales son muy, pero que muy pijos, han venido quejándose de detallitos que aún no están solucionados en el torneo. Por ejemplo, Andy Murray soltó después de su partido con Bolelli la última, que no era conocida: «Las sillas brillan». Los presentes nos miramos estupefactos y el escocés se explicó: «Son metálicas y brillan, destellan y deslumbran. En mi caso fue peor porque jugaba de noche y con el efecto de los focos despistaban más. Por otro lado, dado lo avanzado de la noche, hubo mucha gente que se fue, así que se quedaron más sillas vacías y la verdad es que aquello cegaba bastante».
Dicho lo cual, hay que reconocer que luego el británico puso pomada en la herida: «Obviamente, este torneo tiene un potencial tremendo, pero tardará un tiempo en ajustar estos contratiempos».
Es una idea muy generalizada entre los tenistas que han venido a Madrid. Sin embargo, uno de ellos, harto de tanta puntilla, salió en defensa de la organización. Fue, cómo no, Fernando Verdasco, y lo hizo con firmeza y casi indignación: «No sé a qué viene tanta queja. Es el primer año que se hace y hace diez días que lo terminaron. No sé qué quieren. Cuando empezamos en la Casa de Campo tampoco era el mejor de la historia, pero cinco años después era, de largo, el mejor torneo 'indoor' del mundo».
Según Verdasco «hay que ser positivo y mirar al futuro». «No hay que sacar tantos problemas y sí estar orgullosos de todo lo que se ha hecho aquí». Por otro lado, también estaba en desacuerdo con las quejas sobre la altitud: «Estoy harto de oír lo de la altura. En Gastad estamos a mil metros de altura y nunca he oído a nadie quejarse del torneo, ni de su altitud y de ni si la bola vuela más o menos. Y diré otra cosa, esto es muy fácil, al que no le guste este torneo que no venga. Es así de sencillo».
Y es que Verdasco está más que feliz en Madrid. Tiene muy cerca su casa familiar, pero duerme en un hotel para mantener su concentración. «En casa pareceríamos con doce basta», indica antes de hablar de la Caja Mágica. «Esto es muy bonito, y sobre todo, hemos de mirarlo como unas instalaciones que le van a venir muy bien a los niños. Hay muy pocas instalaciones de arcilla en cubierto en Madrid. Esto nos viene muy bien», concluyó.
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