«Muchos centros vitrifican ya en vez de congelar»

Tre participó ayer en el debate que el Simposio ANACER programó para ahondar en una de las técnicas que mayor interés está suscitando en el campo de la reproducción asistida: la vitrificación.

- ¿De qué hablamos cuando mencionamos este sistema?

- Se trata de una técnica de criopreservación de embriones que asiste, en la actualidad, a un 'boom' debido a su creciente evolución en el último lustro. No obstante, existían estudios de vitrificación en embriones de ratón ya en el año 1985, coetáneos a los del método clásico de congelación lenta.

- ¿Qué ventajas ofrece frente a la técnica tradicional?

- En primer lugar, no requiere un biocongelador, que es una máquina que permitía hacer una rampa de congelación y preservar embriones en unas condiciones más o menos óptimas. En cambio, la vitrificación consiste en la congelación directa mediante la inmersión en nitrógeno líquido de los embriones envueltos en crioprotectores. Este sistema es más rápido y permite que no se formen cristales de hielo, que representan el principal enemigo de los embriones congelados.

- ¿E inconvenientes?

- Se necesita una gran cantidad de crioprotector. Algunos afectan al embrión y, al deshelarlo, provoca que se degeneren y no den lugar a un embrión evolutivo.

- ¿La técnica está extendida en las clínicas españolas?

- Poco a poco, muchos centros están abandonando la congelación lenta y se están pasando a la vitrificación, porque ofrece mejores resultados. En cerca de dos años, confío en que todas la empleen.

- ¿Qué porcentaje de embarazos llega a buen término con la vitrificación?

- Tras descongelarlos, sólo el 90% de los embriones sobrevive. Con la vitrificación, las tasas de embarazo se sitúan en un 30 ó 40% de los casos, mientras que con la congelación esta cifra se reduce al 20 ó 25%.