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F.V.RAMOS
Martes, 7 de abril 2009, 12:13
Tal vez sea porque este grupo de jóvenes mujeres demostraron cómo se hace para caerse y levantarse y contagiaron con ese espíritu a una afición que si antes fue incondicional y sincera con el equipo, en esta temporada sacó su nota más alta.
El último partido disputado en El Ferial y que significó la eliminación de las riojanas de unos sorprendentes cuartos de final por el título marcaron el final de una temporada grande no sólo para un club que echó a andar su sueño hace ocho años, sino para toda una ciudad que arropó a los suyos. Pero además de bajarse el telón para la plantilla, el entrenador Hugo Gotuzzo también se despidió, por lo que el cierre fue aún más emotivo.
Tal vez las voces de Ángela Willis, Marta García, Mireia Gramuntell y Rosalía Alonso en el epílogo de la liga ejemplifican de algún modo ese sentir del equipo que acaba de poner punto y final hasta el año que viene.
«Aunque cada año es una nueva experiencia, donde aprendes de tus compañeras, del cuerpo técnico y maduras como jugadora, este año en Haro nos planteamos un objetivo que no era otro que la permanencia en la Superliga. Creo que superamos nuestras expectativas y por eso, creo que acabamos con cierta satisfacción por lo que conseguimos y nos motiva de cara al próximo año», dice Willis.
Para su compañera, Mireia Gramuntell el balance es sin duda positivo: «El equipo ha sabido acoplarse al nivel de la liga pese a tener en su totalidad jugadoras procedentes de Superliga 2 y de otras ligas diferentes y estoy segura de que hemos trabajado duro», señala, al tiempo que agrega que a nivel personal, «he podido absorber algo de la calidad de mis compañeras, razón por la que decidí renovar en el club aún sabiendo de las pocas posibilidades de jugar», dice.
La central española Rosalía Alonso fue el último fichaje que hizo el club en la temporada y ocurrió un tiempo después de que Mari Tere Martín abandonara abruptamente el equipo. Y aunque su fichaje no se debió a sustituir una posición en la pista, sí se apostó por la jugadora pensando en la próxima temporada. «Creo que para mí ha sido un año positivo porque siempre se aprende tanto en el aspecto deportivo como en el resto de las cosas que rodean a un equipo de Superliga», dice.
En el lado opuesto de la red se encuentra la líbero, Marta García, toda una veterana jarrera que acaba de cerrar su quinta temporada en las fila azules. «Fue un año muy bueno porque hemos sido uno de los equipos revelación de la liga. Pienso que al comienzo de la temporada todo el mundo aseguraba que seríamos uno de los conjuntos que iba a descender y gracias al trabajo pudimos demostrarle a los demás, que éramos equipo para estar en Superliga», analiza y recuerda que el Haro protagonizó «grandes partidos» y que fue capaz de «alcanzar el objetivo principal de la permanencia pero fue a más y entró al play off», eso lo dice todo.
La marea y la cantera
La marea azul se lleva la nota más alta para las cuatro jugadoras, al igual que la cantera. Y es que más allá de la emoción con la que seguían las jugadoras de las categorías inferiores cada partido, la afición jarrera se llevó el premio de la temporada. Con un lleno hasta la bandera en cada partido y las 700 personas en el último partido ante las murcianas, el pabellón de El Ferial ha contribuido a esta histórica temporada.
«Aquí se vive el deporte a tope y tanto las niñas que se están formando como la afición serán inolvidables para mí», sostiene Willis, algo que para Rosalía también fue clave: «Nos han acogido muy bien y fueron un apoyo constante tanto en los momentos dulces como en los amargos», señala. Gramuntell se siente «agradecida» con la gente por el «calor que siempre he recibido desde mi primera tarde en Haro, el cariño y la generosidad que ofrecen de una forma tan natural las familias de aquí, el trato tan personal que he sentido por parte del club... Todo ha hecho de la vida deportiva aquí algo mucho más que eso. Para mí será un hasta luego», declara.
Marta García admite que la ciudad riojana es «su segunda casa» y que además del trato que ha recibido «el apoyo mostrado tanto en la cancha como fuera fue increíble, ver el polideportivo lleno en todos los partidos es una gran satisfacción para todos. Por eso siempre hemos dicho que la marea azul es el jugador número siete y sin nuestra afición no hubiéramos llegado hasta aquí», sintetiza.
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