El lío del montepío

Tardará algún tiempo hasta que terminen de apagarse los rescoldos del monumental lío que se ha generado con la concesión de la Medalla de Oro del Mérito de las Bellas Artes a Francisco Rivera Ordóñez, las declaraciones de Morante, el veto de Cayetano y la devolución de sus propias medallas obrada por Paco Camino y José Tomás.

Y tardará algún tiempo porque se han abierto muchas heridas y porque la mayoría de los toreros se ha mantenido al margen de la polémica a pesar de que muchos de ellos no han entendido bajo ningún concepto tamaño premio para un torero que apenas tiene hueco en las principales ferias y que su fama se encuentra básicamente en el mundo de las revistas del corazón. Cuando aparece en ferias de tronío lo hace o como escudero de su hermano Cayetano (al tener más antigüedad abre cartel) o en las corridas de tinte mediático con toreros de similar corte.

Además, Francisco Rivera Ordóñez actúa como empresario taurino en diversos cosos, entre ellos la plaza de toros de Málaga, en la que ha contratado a José Tomás para el domingo de Resurrección, en un cartel prologado por Javier Conde (socio de Rivera en la dirección de la plaza) y Miguel Ángel Perera.

Rivera Ordóñez, que se siente «muy orgulloso» por haber sido el destinatario de la medalla, ha realizado manifestaciones muy escuetas sobre todo lo sucedido: «Morante es un buen torero, y no sé exactamente el por qué de esas declaraciones... Quizá a él también le hubiera gustado haberla recibido...», manifestó. Ante la reacción de Paco Camino y José Tomás, Rivera dijo en televisión que «no voy a decir nada de nada porque yo respeto a todo el mundo».