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LA RIOJA
Sábado, 28 de febrero 2009, 12:30
Después de un mes en permanente actualidad, el fiscal superior de La Rioja, Juan Calparsoro, ha decidido archivar las diligencias informativas que abrió acerca del descenso del Club Deportivo Logroñés a Tercera División y de las peticiones que formularon Fernando Villamor y el Balsamaiso para que se investigara lo que había ocurrido en el seno de la entidad. Finalmente, Calparsoro afirma que «no se han constatado elementos suficientes para presentar denuncia o querella ante el Juzgado de Instrucción». Es decir, punto y final, aunque el Juzgado de Instrucción número 2 siga adelante con el proceso de liquidación que se inició a petición del Club Deportivo Logroñés y del Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de La Rioja.
Trece folios dedica Juan Calparsoro a repasar lo que ha sido la historia económica, deportiva y social del Logroñés desde que Marcos Eguizábal decidiera vender el club en 1996. La operación de compra-venta también se ha puesto sobre la mesa. Muchas líneas de texto que se amparan en testimonios personales y en documentos, pero que, como queda patente en el escrito, recogen contradicciones entre los declarantes.
Durante estos días, ex propietarios como Juan Hortelano y Jesús Vicario, propietarios como Javier Sánchez, ex liquidadores como Julio Jiménez o Julio Palacios, ex presidentes como Emilio Ganuza, abogados como Ricardo de Miguel (Carlos Cutillas), Félix Pérez (Marcos Eguizábal), políticos, caso de Atilano de la Fuente y Rodolfo Rubio, ex gestores como José Ángel Zalba, Fran Canal, Fernando Villamor y el presidente del Balsamaiso, Vidal Jiménez han explicado en las dependencias de la Fiscalía (no todos) cuál ha sido su relación con la entidad blanquirroja.
Según Juan Calparsoro, Marcos Eguizábal deja un club «saneado y con las cuentas aprobadas», aunque apunta que Eguizábal se reserva «parte del dinero que iba a cobrar el Logroñés por los derechos televisivos y también los derechos económicos del jugador Manel». Afirma que el bodeguero vende a Manel al Logroñés por 150 millones de pesetas.
Asegura también el fiscal superior que tanto la temporada 1996/97, en Primera, como la posterior, en Segunda División, resultan fatales para la entidad, económicamente hablando. Calparsoro habla de «situación económica claramente negativa, con una importante deuda». Según el fiscal, unos 10 millones de euros; para Fernando Villamor, los números rojos superan los 15 millones de euros, entre los que incluye 3.3 millones de deuda con los que comenzaron su etapa los empresarios que compraron el club a Marcos Eguizábal. El fiscal también deja claro que el pago del IVA de la construcción del campo de fútbol de Las Gaunas por parte del Logroñés generó una «nueva deuda».
Responsabilidades
Aunque no hay elementos suficientes para presentar denuncia, Juan Calparsoro sí que admite que puedan darse responsabilidades derivadas del discurrir del Logroñés. «Han existido y existen responsabilidades civiles y económicas derivadas de los impagos e incumplimientos de obligaciones asumidas con jugadores, otros trabajadores y resto de acreedores», apunta sin olvidar que la situación económica del Logroñés «es de in- solvencia evidente».
Calparsoro tiene muy claro que todos aquellos que han pasado por la propiedad del Logroñés han tenido que aportar dinero para cumplir con determinadas obligaciones, aunque asevera que «han existido impagos e incumplimientos de obligaciones claros y evidentes desde la época en que el club es comprado a Eguizábal».
La Fiscalía tampoco considera un delito societario (algo a lo que apuntaban tanto Fernando Villamor como Vidal Jiménez) la inexistencia de libros de contabilidad desde el año 2004. «Se recoge como delito societario el falseamiento de las cuentas de la sociedad u otros documentos de manera idónea para causar perjuicio económico a la sociedad, a un socio o a un tercero, de manera que la ausencia de contabilidad propias de la sociedad sin más no constituye el delito societario señalado por el artículo 290 del Código Penal», indica Calparsoro en su resumen. Descarta además que se haya producido un empobrecimiento del Logroñés a la par que un enriquecimiento de Juan Hortelano y Javier Sánchez. «No se ha acreditado una apropiación de ingresos o dinero perteneciente al Logroñés», añade.
Juan Calparsoro no ha tenido en cuenta en este proceso a los ex jugadores del Logroñés. El fiscal reconocía el pasado mes que le había llamado la atención la fórmula de pago que ofreció Javier Sánchez: coches e incluso un furgón aparcado a las puertas de un club de alterne. El fiscal no ha llamado a declarar a ninguno de ellos, si bien admite que Sánchez «no cumplió» sus promesas y que se entregaron pagarés que no se pudieron cobrar. Aun así, Calparsoro indica que «no existe constancia de que Sánchez tuviera el propósito o voluntad de no pagar esas cantidades ni que exigiera una contraprestación económica o de otro tipo a cambio de los pagarés, más allá de la continuación del equipo con su temporada de ello. Los jugadores no han presentado denuncia en este sentido», indica poco antes de decidir finalmente archivar el caso.
MÁS INFORMACIÓN
Conozca el texto íntegro del decreto de la Fiscalía en
www.larioja.com
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