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P. A.
Miércoles, 11 de febrero 2009, 01:17
Ángel Romero vuelve hoy a encontrarse con su público. El valenciano, uno de los ídolos de la afición, se ha pasado casi un año sin jugar tras romperse los ligamentos de la rodilla en febrero del año pasado. Unos meses duros que por fin han terminado
- Ha vuelto.
- He vuelto, ya era hora. Durante la lesión llegué a soñar con este momento y todo. Y todo salía bien. Ha sido tanto tiempo...
- ¿Qué fue lo peor de esos diez meses de lesión?
- Yo pensaba que me iba a asustar mucho con la operación, pero resultó que no. Lo peor fue cuando me tenía que quedar en Valladolid mes y medio o dos meses, y al final se alargó. Al final fueron cuatro meses y medio. Hubo un periodo malo, en el que perdí muchos kilos, me dolía bastante, y me asusté por lo que podía venir.
- ¿Llegó a temer por su retorno?
- No, yo pensaba en lo que iba a durar. El médico me dio la confianza de que iba a volver a jugar, y le creí. Tengo que agradecer muchas cosas a todo el equipo médico, aquí y en Valladolid; sabía que tarde o temprano iba a jugar, pero cuando me tuvieron que hacer otra artroscopia, empecé a pensar en que iba a estar un año largo, largo, parado.
- Ahora ya ha pasado todo eso, pero en realidad aún le queda trabajo por delante, ¿no?
- Sí, claro. Ahora tengo que coger un ritmo de competición. El que era antes no soy, no estoy como antes. La gente que me conoce y confía en mí sabe que me va a costar. Pero ahí estamos entrenando todos los días, trabajando, luchando, para volver a ser el que era o incluso mejor.
- ¿Tiene que ser un jugador distinto a lo que era antes?
- Cuando caí, estaba empezando a defender, y confiaban en mí incluso para el 5-1, que estaba yo verde verde. Para el futuro, para sumar, un jugador que defienda y ataque lo es todo.
- ¿Ha cambiado mucho esto en el balonmano? ¿Antes había más jugadores especialistas?
- Ahora los entrenadores buscan gente que defienda y ataque. Ahora el balonmano es muy rápido. Quizá antes era más lento, pero es que ahora se busca gente que defienda, ataque, salga al contraataque. Para mí eso supone cambiar, porque antes era el típico pivote pesado, de 125 ó 130 kilos. Y ahora, aparte de intentar ser más ágil y rápido, y ser más completo, hay que defender. Lo que a mí me interesa es la rapidez, y estar mejor físicamente.
Sin Oneto
- ¿El hecho de que se haya ido Marco Oneto le facilita el regreso?
- Sí, porque Gedeón y yo estamos solos. Voy a tener más minutos, si estuviera Marco lo más seguro es que, por lógica, me quedara yo fuera en muchos partidos. Quizá tardaría más en coger el ritmo de competición, lo cual por una parte es bueno para mí. De todas formas, hay que luchar lo mismo y trabajar igual para recuperar el trono (ríe).
- Sin Oneto, ¿hay más presión en usted y Gedeón?
- Hombre, algo de presión hay, porque sabemos que nos van a mirar con lupa, porque se ha ido un jugador que pegó un bombazo en el año que ha estado aquí, y ha dejado el listón altísimo. Quizá resulte que el puesto de pivote esté más bajo de lo que estaba, pero Gedeón y yo vamos a luchar para que se note lo menos posible que Marco no está
- ¿Es peligroso para el equipo que se hable tanto de fichajes y de gente que se va a ir?
- Creo que en Logroño todo el mundo se va a dejar la piel hasta el 30 de mayo. Luego ya veremos, pero por el momento estoy seguro de que todos van a hacerlo, los que se van, los que nos quedamos... Pero eso no se piensa. Pensamos en el partido a partido, en ganar, en que tenemos un objetivo al que se puede aspirar, que es Europa. Dependiendo los resultados pueden entrar hasta dos equipos más, y hay que intentar aguantar ahí. Va a ser muy difícil, pero hay que tener un objetivo.
- ¿Por qué miran tanto los grandes a este equipo?
-Eso quiere decir que aquí se trabaja bien. Hay una disciplina, un buen trabajo, se funciona bien, y de ahí salen los resultados, jugadores con nivel de estar en un grande. A la hora de traer gente con proyección, eso es bueno, porque se demuestra que aquí se trabaja bien.
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