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DAVID VALERA
Miércoles, 14 de enero 2009, 11:38
El torneo del K.O. sufre una falta de espectadores sin precedentes. En dieciseisavos, el porcentaje de aforo en los estadios alcanzó un paupérrimo 18% de la capacidad total. En la ida de octavos aumentó al 38%, en gran medida gracias al lleno del Vicente Calderón, donde se disputó el duelo estrella entre Atlético y Barça. Los datos del resto de campos fueron penosos. El Mallorca- Almería congregó en el Ono Estadi a 2.500 de las 23.000 personas que caben. El Sánchez Pizjuán registró la mitad de espectadores (15.000) que la visita de Osasuna, colista de la Liga. Son ejemplos del absentismo copero, que reunió una media de 13.402 espectadores en la ida de octavos, frente a los 30.000 de media en Liga.
La dolencia se extiende a los equipos más humildes, que son el alma de la competición. Así se explica que en una eliminatoria entre un Segunda División B (Poli Ejido) y un Primera (Espanyol), sólo asistieran 2.500 personas en un estadio con capacidad para 7.800 aficionados.
Más sintomático resulta que el campo del Real Unión de Irún no se llenara ante el Real Madrid, o que en Orihuela se observaran numerosos claros en las gradas pese a jugar contra el Atlético. Similar aspecto ofrecieron los estadios del Portugalete o de la Ponferradina en las visitas de Valencia o Sevilla.
Formato erróneo
La Federación tampoco contribuyó a la mejoría del paciente con la reinstauración de las eliminatorias a doble partido. Formato que resta emoción a la competición, limita los 'pinchazos' de los grandes y prolonga artificialmente eliminatorias resueltas en la ida. Tampoco ayuda el desorbitado precio de las entradas para unos encuentros sin mucho pedigrí.
Es incomprensible que tras el 0-1 de la ida, la directiva del Atlético cobrase entre cinco y diez euros a los socios y de 20 a 60 euros a los no socios por ver al Orihuela en dieciseisavos. La gente no está dispuesta a rascarse el bolsillo, y menos aún, en momentos de dificultades económicas.
Pero ni siquiera las ofertas atraen al público. El Barcelona prometió otorgar preferencia para la final del torneo en caso de clasificarse a los asistentes del encuentro ante el Benidorm. El resultado fue 23.000 hinchas en el Camp Nou (un 27% del aforo).
Mejor entrada esperan en la ciudad Condal para el partido de este miércoles ante el Atlético, pese al marcador favorable de la ida (1-3).
Las excusas esgrimidas por los clubes sobre la climatología adversa o la retransmisión televisiva de los encuentros no justifican la escasez de público, puesto que tres días después, en los partidos ligueros, la taquilla se dobla con el mismo frío e idénticas teles.
Todas estas circunstancias desvirtúan el torneo y le obligan a vagar de forma casi clandestina por el mundo futbolístico. Este miércoles la Copa tiene una nueva revisión que permitirá comprobar si su estado de salud ha mejorado o si todavía permanece en cuarentena.
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