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Stojanovic, antes de lanzar, durante el partido. /FERNANDO DÍAZ
El Naturhouse cae dignamente ante el Ciudad Real en un vibrante partido (30-31)
BALONMANO

El Naturhouse cae dignamente ante el Ciudad Real en un vibrante partido (30-31)

Una derrota dolorosa, pero digna, que dice mucho de lo que es capaz el equipo franjivino cuando se lo propone

N. ALONSO |

Jueves, 4 de diciembre 2008, 00:14

No fue justa la derrota de los riojanos. No porque el Ciudad Real no se lo mereciera, que sí lo hizo; sino porque el Naturhouse salió a por el partido convencido de poder hacer historia. Pese a las numerosas bajas de los riojanos, el equipo dirigido por Jota lo intentó todo para llevarse la victoria. Y a punto estuvo de lograrlo, ya que desde la mitad de la segunda parte fue mandando en el marcador, incluso hasta con tres goles de ventaja sobre los castellano-manchegos.

Pero la lógica a veces es aplastante, sobre todo, en cuanto a la experiencia se refiere. El Ciudad Real ganó por picardía, veteranía y calidad. Pero el Naturhouse logró firmar uno de los mejores partidos que se han vivido últimamente en el Palacio de los Deportes. El dúo arbitral quizá tuvo algo de culpa en la derrota riojana, ya que se percibió durante todo el encuentro un ligero tufo anticasero, algo que el enfervorecido público que llenaba el Palacio criticó sin descanso.

Salió el equipo de Jota con ánimo, muy concentrado en defensa y con un gran ansia de gol. Pero, especialmente en la primera mitad, el Naturhouse encontró muchas dificultades para anotar. Hasta el punto de que el Ciudad Real logró un parcial de 0-4, que aumentó la renta de los de Dujshebaev.

Así, sin demasiado acierto en la portería manchega, el Naturhouse consiguió retener a los atacantes más ofensivos del Ciudad Real, Stefansson y Morros, con una defensa brusca, difícil de superar. Al descanso, se llegó con una ventaja del Ciudad Real de cuatro tantos (11-15), lo que no auguraba buenas noticias para el Naturhouse.

Sin embargo, los de Jota salieron a por el partido. Y casi lo logran. El Naturhouse comenzó a jugar sin complejos, con seriedad y con acierto. Y funcionó. El acierto goleador de Velasco, Stojanovic y Guardiola, sumado a la gran actuación de Gurutz Aguinagalde, el meta local, animaron a los riojanos, y al público. Hasta el punto de que sobre el minuto 15 de la segunda mitad, el Naturhouse se adelantaba en el marcador, situación que se mantendría hasta justo el último minuto.

Pero cuentan que la veteranía es un grado. Y el Ciudad Real lo ha demostrado. La genialidad goleadora de Stefansson y de Morros, la reaparición de Entrerríos y las paradas de Hombrados no permitieron soñar a los riojanos. Y fue en el último minuto cuando tras una falta, con dos segundos en el cronómetro, el Naturhouse no logró marcar el tanto que les hubiera dado un merecidísimo empate. Una derrota dolorosa, pero digna, que dice mucho de lo que es capaz el equipo franjivino cuando se lo propone.

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