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EFE
Domingo, 21 de septiembre 2008, 02:41
El acelerador de partículas (Gran Colisionador de Hadrones-LHC), un complejísimo experimento con el que se intenta descifrar misterios clave sobre el origen del Universo, sufrió ayer una nueva avería que lo dejará fuera de funcionamiento al menos por dos meses.
El LHC, desarrollado en el Centro Europeo de Investigaciones Nucleares (CERN), comenzó a funcionar hace once días, pero una semana después fue detenido debido a un problema eléctrico que afectó el sistema de enfriamiento del circuito de 27 kilómetros construido cien metros bajo tierra.
Tras esa avería, el acelerador fue puesto en marcha nuevamente el pasado viernes, antes de volverse a detener un día después.
Esta vez la disfunción fue atribuida por el CERN a una conexión eléctrica defectuosa entre dos imanes, lo que produjo un fallo mecánico. El incidente -explicó el organismo- provocó a su vez una fuga de helio dentro del túnel donde se encuentra el acelerador.
El CERN indicó que ha emprendido una investigación sobre el incidente producido ayer, al tiempo que aseguró que sus estrictas medidas de seguridad garantizaron que ninguno de sus colaboradores estuvo en riesgo en ningún momento.
El tiempo mínimo de dos meses que tardará el LHC en volver a funcionar se debe a que todo el sistema en el que funcionan los imanes -es decir, 271 grados centígrados o dos grados por debajo del cero absoluto- deberá volver a calentarse para que los científicos puedan reparar la avería.
Enseguida, deberá emprenderse el proceso contrario para volver a bajar la temperatura de los imanes, que guían los protones y los aceleran hasta su colisión.
Decepción
En la primera prueba oficial del acelerador, realizada el pasado día 10, se tuvo éxito al lograr que un haz de millones de protones, que había sido inyectado en el acelerador, diese una vuelta completa, en una hora, al túnel circular subterráneo de 27 kilómetros,
Ese mismo día un segundo haz de partículas, introducido en dirección opuesta -en sentido contrario a las agujas del reloj- consiguió igualmente recorrer todo el acelerador, situado bajo la frontera suizo-francesa.
Sin embargo, las recientes averías detectadas en el circuito -y particularmente la de ayer por el retraso que supone en el experimento- suponen un jarro de agua fría tras el franco entusiasmo que provocó el exitoso arranque del proyecto, en el que se trabaja desde hace 25 años y en el cual se han invertido 4.000 millones de euros.
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