Este equipo está preparado

Ayer, por ejemplo, se enfrentó a uno de los tipos más feos de esta liga, y le miró a los ojos sin desviar la mirada en ningún momento. Perdió, como podía haber ganado, en la lotería del último minuto. Pero nadie que estuviera ayer en Calahorra -encomiable esfuerzo de la organización, por cierto- puede dejar de ser más optimista de lo que era antes.

Pedía Jota González para el partido de ayer buen juego. Victoria, si se podía, pero sobre todo buen juego. Un rearme moral para olvidar el desastre del fin de semana madrileño. Si eso quería, lo tuvo. El Naturhouse jugó de tú a tú al CAI Aragón, que en la primera parte tuvo que tirar de la gran clase de sus jugadores -sobre todo Stankovic y Arrhenius- para mantenerse en el marcador.

El Naturhouse estuvo bien en defensa (siempre en 5-1, con Stojanovic o Parra) y poco a poco mejor en ataque. De hecho, a partir del minuto 12 se vieron acciones de mucho mérito. El juego con el pivote funcionó muy bien, sobre todo con Isaías Guardiola en el pase y Marco Oneto cogiendo balones a la altura del tercer piso. El Naturhouse cogió alguna ventajita (11-9), pero en el otro área Stankovic, uno de los mejores fintadores del balonmano actual, no encontraba quién le defendiera.

Así, con todo muy igualado, la mucha gente reunida en el Pabellón Europa pudo ver cosas muy divertidas. Por ejemplo, dos goles de espaldas de Parra y Gautschi, de ésos que dejan al personal con ganas de que en el pabellón hubiera moviola. Como en la tele.

Final con susto

La bonita primera parte tuvo un cierre feo. Primero, Zaky hizo una de las suyas, agarrando el brazo de Gautschi que tiraba. Algo que puede hacer mucho año: en algún reglamento dice que eso merece más sanción que dos minutos. Luego, Gedeón Guardiola se dio un feo golpe en la rodilla izquierda, y tuvo que ser llevado en hombros fuera del campo. Nada más que un susto, a falta de más pruebas que lo confirmen.

La segunda parte fue una batalla. Brillante, aunque se jugara a media luz: el pabellón Europa se quedó a oscuras, y no terminó de recuperarse toda la iluminación. Muy bien Isaías y Pavlovic (su mejor aparición hasta ahora) en un partido siempre empatado. El Naturhouse siguió bien en defensa, aunque poco a poco el ataque se le fue quedando espeso. Coincidió con el cansancio de Víctor Vigo, que tuvo que hacerse de nuevo un partido completo. Afortunadamente, lo que se perdía delante se salvaba atrás, con buena actitud y un gran Armand Torrego en los momentos finales.

El último momento iba a decidir. El Naturhouse entró en él con uno menos por una inoportuna exclusión de Pavlovic, pero jugó muy bien dos ataques en inferioridad, culminados en el extremo. El primero lo metió Aguirrezabalaga, pero el segundo Parra lo mandó al poste. Doder marcó al final, y el CAI ganó. Una pena, pero lo principal está claro: estamos listos.