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Yo también objeto
LA TRIBUNA DE LA RIOJA

Yo también objeto

LUIS DORADO GARCÍA

Viernes, 25 de julio 2008, 02:42

Yo también quiero objetar. Pero no sólo a ese engendro monstruoso llamado Educación para la Ciudadanía, como han hecho los pusilánimes de la CONCAPA. Tras un minucioso estudio del currículo de la ESO y el Bachillerato, he hallado contenidos que claman al cielo. Y, como van en contra de mi conciencia, pienso objetar, convencido de que los señores Méndez Canseco y Loma-Osorio, magistrados del Tribunal Superior de Justicia de La Rioja, estarán encantados de darme la razón

Quiero objetar a la Biología, ya que instruyen en aberraciones como las teorías de Darwin, sin dedicar nada al verdadero Creacionismo. Además, se recrean en describir con pelos y señales la reproducción sexual, que es algo que mi conciencia me obliga a explicar a mis hijos a la luz de la fe, y no de las diapositivas (o como lo hagan ahora). Felices los tiempos en que los contenidos reproductivos terminaban en la ameba

Quiero objetar a las Matemáticas, ya que se dedican a desarrollar el pensamiento racional y arrinconar la fe. Además, yo en eso de las integrales y derivadas no puedo por menos de ver algo obsceno y contra mi conciencia.

Deseo objetar a la asignatura de Historia, pues hablan de las revoluciones francesa y bolchevique, auténticos paradigmas de revoluciones ateas. Y para qué hablar de la gloriosa 'cruzada nacional', a la que se limitan a llamar guerra civil, como si no hubiera sido una victoria de la cruz sobre el comunismo ruso, como toda persona de bien sabe.

Objetaré, cómo no, a la Filosofía, que se dedica a imbuir en los educandos las perversas ideas de Marx, Marcuse, Sartre, etc. Algo que repugna a cualquier conciencia moralmente saludable, cuando esta materia debería reducirse a los sanos y cristianos filósofos escolásticos Agustín de Hipona, Tomas de Aquino O, por qué no, Escrivá de Balaguer.

Y qué decir de la Gimnasia, a la que ahora llaman Educación Física. ¿A eso llaman educación? Esos cuerpos sudorosos, esa mezcla de chicos y chicas, esos movimientos sicalípticos que excitan los más bajos instintos, mmm. ¿Dónde estaba? Ah, sí. Que también objeto.

De la Informática, ya lo sabe todo el mundo. No sirve más que para que los alumnos se dediquen a consultar pornografía barata y a ligar con algo que llaman 'chato', o así. Mis hijos tienen prohibido el ordenador en casa. Es cuestión de mi conciencia. Objetaré.

En fin, para no aburrir a los lectores, el Griego, cultura idólatra y promiscua, que veía normales las relaciones sexuales ¡entre personas del mismo sexo! Como el Latín, cuyo conocimiento pone al alcance de nuestros hijos obras tan pornográficas como los poemas de Catulo o los grafiti pompeyanos. El Dibujo, asignatura en la que los profesores no paran de enseñar desnudos (quiero decir obras de desnudos, puesto que, al menos de momento, enseñan vestidos, pero todo se andará), como la Maja de Goya o las Tres Gracias. Por estas y otras razones que alargarían el escrito, y con el santo apoyo de estos dos píos magistrados, ya que es lo que me dicta mi conciencia, exijo a la Consejería que dé a mis hijos los títulos de ESO y Bachillerato estudiando Música y Tecnología, a las que, de momento, no he encontrado contenidos que repugnen a mi conciencia cristiana. Y Religión. Católica, por supuesto. Y dejemos el resto de las materias para que los padres las enseñemos en casa según la conciencia de cada uno. Una vez más, gracias, señorías.

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