Diez años de prisión por abuso sexual a una discapacitada mental

Diez años de prisión, alejamiento durante quince años y 50.000 euros de indemnización. La Audiencia Provincial ha condenado a R.E.G.S., de 58 años, natural de Ecuador, por considerarlo responsable de un delito de abusos sexuales continuado cometido contra una mujer de 38 años con discapacidad mental.

El tribunal no cree que haya un delito de agresión sexual, como pedía el fiscal, porque «no ha quedado acreditado que se diese amenaza, mucho menos violencia». En su opinión, «el procesado se valió de la discapacidad de la víctima, que presentaba deficiente consentimiento y entendimiento para mantener relaciones sexuales». «Existe una clara incompatibilidad entre el estado de la víctima, discapacidad mental, con un verdadero consentimiento libre», indica el fallo. Sin embargo, la condena, los diez años, sí coinciden con la petición que formulaba el Ministerio público.

Procesado y víctima se conocieron en Ecuador hace 18 años, cuando el hombre mantenía una relación sentimental con la madre de la mujer. Años después todos coincidieron de nuevo en Logroño, donde el acusado continuó manteniendo una relación de amistad con la madre, aunque no convivía con ella.

La sentencia detalla que el condenado estuvo acudiendo al domicilio de la víctima y de su madre cuando la primera no estaba en casa. Accedía a la vivienda después de llamar al timbre del portal de la calle y ser abierto el mismo por la víctima. Así, el condenado, que para la Sala llevó a cabo dichas relaciones con pleno conocimiento de la discapacidad que ésta padecía desde su nacimiento, tuvo con ella relaciones sexuales completas. El acusado admitió -recoge el fallo judicial- haber tenido relaciones sexuales con la mujer en varias ocasiones y siempre cuando la madre no se encontraba en la vivienda. Los forenses testimoniaron que la mujer tenía una edad mental de unos doce años.