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A mares. Un joven trata de protegerse de la impresionante granizada que cayó ayer por la tarde sobre Logroño./JUAN MARÍN
Una tromba de agua y granizo descarga sobre Logroño 30 litros en media hora
METEOROLOGÍA

Una tromba de agua y granizo descarga sobre Logroño 30 litros en media hora

Las inundaciones causaron un corte del suministro eléctrico que afectó a casi cinco mil clientes. La tormenta anegó calles y garajes y acumuló medio metro de piedra bajo el puente de Hierro. Paseo por Gran Vía y la plaza de la Oca, epicentro de la tromba

ROBERTO G. LASTRA | V .S.

Jueves, 29 de mayo 2008, 12:33

Un auténtico diluvio azotó ayer durante media hora eterna Logroño y varias localidades cercanas. Pasadas las 14.30 horas, los negros nubarrones auguraban una nueva tarde de agua en este irritante mayo. Sin más. Pero tan sólo 15 minutos después el cielo se abrió y una tromba de agua y granizó se vertió con sorprendente violencia sobre la capital riojana y algunos municipios cercanos como Navarrete y Fuenmayor.

La tortura, para muchos peatones a los que sorprendió la tormenta, pero, sobre todo, para los agricultores que veían cómo la piedra machacaba sus campos (más información en la página 4), duró media hora, hasta las 15.15 horas. En ese breve espacio de tiempo las nubes descargaron más de 30 litros por metro cuadrado.

De inmediato comenzaron los problemas en varias vías de la capital riojana. El agua anegó Duques de Nájera y dañó el centro transformador San Mateo, una instalación eléctrica subterránea, lo que provocó, sobre las 15 horas, un corte del suministro eléctrico que afectó a 4.900 clientes, según confirmaron fuentes de Iberdrola a Diario LA RIOJA. Antes de las 16 horas, el 80% de los afectados había recuperado el servicio.

120 intervenciones

Los problemas de tráfico tampoco se hicieron esperar. Fue preciso cortar el acceso a la calle Norte en ambos sentidos y proceder con máquinas quitanieves a retirar la piedra acumulada bajo el puente de Hierro, hasta medio metro de granizo. También la calle Clavijo quedó cortada al tráfico por unas inundaciones que afectaron a otras vías como la circunvalación, plaza de la Oca, calle Sagasta, avenida de Colón, Huesca con República Argentina y María Teresa Gil de Gárate; Pérez Galdós, Siete Infantes de Lara, Paula Montalt con avenida de Burgos; Portillejo; intersección de las calles Málaga y Yagüe, cuarto puente en su unión con la carretera de Laguardia; travesía de Palacio; Duques de Nájera con Vélez de Guevara; y calle Tricio.

El Parque de Bomberos recibió más de 120 llamadas por inundaciones en garajes, bajos y comercios. Las calles más afectadas fueron Gonzalo de Berceo, Pérez Galdós, y Gran Vía, aunque también hubo avisos por patios anegados en Duques de Nájera, República Argentina, Saturnino Ulargui, avenida de la Sierra, Luis Barrón, Doctores Castroviejo y Plaza Primero de Mayo.

Las instalaciones deportivas tampoco se libraron del castigo meteorológico, con inundaciones en los polideportivos de Las Gaunas y Lobete y en los campos de fútbol de Prado Viejo, donde en algún vestuario el agua alcanzó hasta medio metro de altura, según confirmó a Diario LA RIOJA el concejal de Seguridad Ciudadana, Atilano de la Fuente.

Dobles turnos

Durante toda la tarde trabajaron nueve equipos de bomberos (el turno de entrada y el de salida), además de numerosos efectivos de Protección Civil, Servicio de Limpieza y Policía Local. Sobre las 19.15 horas lograron restablecer todos los servicios afectados.

Hoy, a las 9 horas, el concejal de Seguridad Ciudadana, Atilano de la Fuente, mantendrá una reunión con los responsables de Bomberos, Policía Local y Protección Civil, así como los directores generales de las diferentes unidades municipales afectadas, para evaluar los efectos de la tromba de agua y realizar las actuaciones precisas. «Yo he llegado a pasar angustia y un poco de miedo», explicaba una vecina de la plaza de Santiago (conocida popularmente como de la Oca) horas después de la tormenta, cuando el granizo aún se acumulaba sobre el lienzo del Camino de Santiago, para disfrute de unos cuantos pequeños. «No sabíamos hasta dónde podía llegar el agua», replicaba su acompañante, otra agrimensora del desastre.

Esta zona, junto al entorno del Puente de Hierro, sufrió especialmente los daños del pedrisco. Tampoco los accesos de la ciudad por avenida de Burgos, por la calle Chile y avenida de Zaragoza se libraron de la tromba de agua.

Sin embargo, el centro fue lo más castigado por la bravura del chaparrón. Algunos edificios públicos, como el Palacio de Chapiteles (antiguo Ayuntamiento de la ciudad) tuvo que ser visitado por los bomberos para dar salida al agua que inundó las dependencias de la Fundación San Millán, cuyos trabajadores tendrán mañana que cambiarse de lugar de trabajo.

También el entorno de la Gran Vía resultó notablemente damnificado por la tromba de agua y piedra: algunos comercios se encontraron, después de comer, con la mercancía calada y problemas en los desagües, por lo que tuvieron que recurrir a los peritos de los seguros, encargados de evaluar los daños.

Pero más que los desperfectos en los locales comerciales, lo que más asombraba en la calle Gran Vía era la presencia cochambrosa de cuatro de las columnas que aguantan los soportales. Unas vallas con señales de prohibido el paso y unas cintas policiales limitaban el paso de peatones en el tramo central de Gran Vía. Varias de las bajantes de la acera de los pares habían reventado por la intensidad de la tormenta. «No se trata de un hecho puntual, sino que ya ha sucedido más veces. Todo proviene de la chapuza que se cometió en el 'arreglo' de las columnas de la calle», explicaba indignado un comerciante de la zona.

Las bajantes, oprimidas por el cubrimiento de las columnas, no aguantaron y explotaron llevándose parte de los pilares. «Eran más de las tres cuando reventaron las columnas. Podía haber pasado algo grave porque, si los trozos desprendidos llegan a dar en la cabeza de alguien, seguro que lo mata», indicaba un testigo.

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