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A. GIL
Lunes, 12 de mayo 2008, 02:55
El arquitecto Pedro Moral competirá con el actual decano del Colegio de Arquitectos de La Rioja (COAR), Domingo García Pozuelo, por liderar la institución profesional durante los próximos dos años. El plazo para presentar candidaturas concluye hoy y al menos habrá dos listas diferentes, con lo que se abrirá un proceso electoral entre los candidatos, algo que no sucedía desde el año 2002.
En este sentido, Domingo García Pozuelo, que ha cumplido tres legislaturas consecutivas -de dos años cada una- como decano, relevó a Pedro Moral, el otro aspirante, tras ganar las elecciones. Moral, por su parte, sustituyó en 1998 a Juan Díez del Corral como decano del colegio con una lista única (no hubo elecciones) y estuvo al frente de la organización durante dos legislaturas: en el 2000 renovó el mandato sin oposición al volver a ser la única lista, mientras que en el 2002 perdió ante el actual decano Domingo García Pozuelo.
Éste último repitió también sus dos siguientes mandatos sin competencia, mientras que ahora los colegiados tendrán que elegir entre las dos mismas alternativas que hace seis años.
El Colegio de Arquitectos ha sido históricamente una institución muy activa y crítica en muchas ocasiones con las decisiones urbanísticas de las administraciones, por lo que el resultado de las elecciones será seguido con interés no sólo por los propios profesionales. Especialmente, por la Asociación de Construcción, Promoción y Afines de La Rioja (CPAR-FER), cuyas relaciones con el equipo del actual decano no son nada buenas.
Conciencia crítica
En los últimos años, el COAR cuestionó la modificación puntual del Plan General Municipal (PGM) de Logroño que planteó en su momento el ex alcalde la ciudad Julio Revuelta, reclamando desde el primer momento una revisión del PGM ante la magnitud de la delimitación de suelo propuesta. Recientemente, también ha emitido informes críticos contra las decisiones de la actual corporación municipal encabezada por Tomás Santos.
Así ha sido con los casos de Escolapios, ante el anuncio de la comunidad religiosa de instalarse en el barrio de Los Lirios; con el traslado del Palacio de Justicia; con la estación de Renfe, sobre la que el COAR se inclinó por el derribo; o con la Casa de las Tetas, para pedir en este caso la conservación.
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