

Secciones
Servicios
Destacamos
PABLO ÁLVAREZ
Domingo, 6 de abril 2008, 13:06
El Naturhouse no fue a Vigo. Lo que había en As Travesas era un sucedáneo de equipo, un grupo de jugadores correteando con ganas pero sin acierto, sin disciplina y, por momentos, rozando el ridículo. Así salió: un partido terriblemente malo, un regalo para un Octavio muy metido y otro día (y van 13) sin ganar fuera de casa.
El partido ya empezó muy mal. Fatal. El buen Naturhouse que había venido jugando fuera de casa se había quedado en Logroño. Nada funcionaba demasiado bien. Por lo pronto, nada de la defensa, que el Octavio desbordaba con insultante facilidad. Por un momento, los vigueses parecieron un equipo grande con recursos por todos lados: fintas, tiro exterior, juego con el pivote...
Pero el principal problema estuvo en el ataque. El Naturhouse no encontró casi ningún recurso que funcionara. Desde muy pronto empezó a perder (casi regalar) demasiados balones, facilitando la vida de los gallegos. Así, el 5-1 del minuto 6 obligaba a los riojanos a remar contra corriente desde muy pronto.
La defensa se estabilizó algo a partir de ahí, y la aparición de Fis, con cuatro goles casi seguidos, llevó el marcador a una casi igualdad (7-6) en el minuto 14. Pero era bastante engañosa. Cuando el Octavio supo parar a Fis, el Naturhouse volvió a atascarse. El ataque era particularmente horrible: el Naturhouse acabaría la primera parte con 10 goles de 28 tiros, haciendo casi internacional al portero local Javi Díaz. Por ese entonces, Jota González jugaba sin Fis ni Belaustegi, y cambiando a un desafortunado Aguirrezabalaga en defensa.
Con tan mal ataque, sin defensa y casi sin portería, el Naturhouse se fue despeñando en el marcador hasta el 16-10 del descanso. No había reacción en el banquillo, y el Naturhouse se condenaba a intentar en los segundos treinta minutos una remontada propia de titanes.
Sólo impulsos
Pero esos titanes no estaban en Vigo. A menos, no con la camiseta riojana. Para remontar un partido así hace falta paciencia, mucho colectivo y no perder la cara aunque las cosas vengan tan mal dadas. Y sin embargo, lo que tuvo el Naturhouse fue todo lo contrario. En la segunda parte tuvo opciones para haberse acercado algo más, pero todo lo que consiguió fue a base de arreones casi personales.
Arreones, por ejemplo, de Naum Mojsovski, que fue a hacer su mejor partido en uno de los peores del Naturhouse. El macedonio buscó la puerta con fiereza, fintó con mucho peligro y marcó cuando nadie más lo hacía. Luego el tocó a Belaustegi, que hizo cuatro goles seguidos tirándoselas casi desde cualquier lugar.
Pero esos arreones no sirven para remontar seis goles. Todo lo más, el Naturhouse consiguió acercarse a cuatro tantos en varias ocasiones. Pero no más. El portero local seguía parando casi todo (aunque ayer no era demasiado difícil, con lo que le tiraban) y el ataque se estrellaba en una defensa intensa y meritoria.
Y aún así, hubo alguna opción. Sobre todo porque Armand Torrego tuvo una gran segunda parte, que hubiera dado alguna opción a un equipo más acertado. Pero el Naturhouse tenía de todo menos acierto. Un ejemplo fueron los últimos 4 minutos. Con el marcador ya en 30-26, el Naturhouse desperdició dos tiros de seis metros, un contraataque regalado con un mal pase, un penalti que Tvedten falló con una vaselina malísima y un mal tiro de Aguirrezabalaga, con el que este buen extremo redondeaba una tarde horrible en ataque y defensa.
Un día casi ridículo, pues, del que conviene olvidarse: esta gente no es así.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Favoritos de los suscriptores
Destacados
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.