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MUNDO

«A ver qué pasa ahora»

Los cubanos, sorprendidos por la repercusión mundial del adiós al poder de Fidel Castro

M. L. DE GUEREÑO

Jueves, 21 de febrero 2008, 01:18

El martes, cuando el mundo entero estaba impactado por el anuncio de la retirada de la política activa del presidente Fidel Castro Ruz, los medios cubanos siguieron con su programación habitual y sólo intercalaron algunos minutos de declaraciones con loas a la figura de su Comandante y en las calles la vida cursaba con tranquilidad.

Ayer, la portada del diario 'Granma', órgano oficial del Partido Comunista, tenía cinco pequeños titulares y adelantaba que la Mesa Redonda, programa político diario con forma de tertulia disciplinada, dedicaría su espacio para ver «la repercusión del mensaje del Comandante en Jefe».

Se esperaba que se reseñen las declaraciones de líderes internacionales elogiosas hacia Castro, se diera lectura a textos y cables de agencias sobre el tema, pero no se esperaban comentarios ni análisis sobre la trascendencia de la medida, y mucho menos se adelantan posibles escenarios. «Eso son especulaciones propias de la prensa extranjera», dicen muchos de los comunicadores locales.

Recientemente, el diario 'Juventud Rebelde' -un poco más abierto a la crítica que el 'Granma'- defendía que en la isla hace tiempo se habla de «criticar para construir y no para destruir».

Los comercios, el transporte, los gimnasios, todo estaba en calma. Un observador local comentó que «guste o no, en Cuba hay revolucionarios convencidos, más de los que desearía Estados Unidos, aunque es verdad que son algunos menos de los que votan en las elecciones».

Y aunque es verdad que en este país la mayoría de la población estudia, también lo es que gran parte de los jóvenes siguen la moda internacional, calzan zapatos de aguja, 'leggins' y minifaldas vertiginosas o pantalones vaqueros de marca.

Nuevo ciclo

Algunos de éstos salieron en la noche al malecón habanero -denominado el sofá de La Habana- para pasar un rato de entretenimiento. Como Roberto, un joven de 30 años que prefiere reservarse el apellido. Reconoce que se enteró tarde, después de llegar al trabajo. «No creo que vaya a pasar nada. A mí lo que me gustaría es poder tener mi propio coche y viajar. Para esos cambios confío más en Raúl, pero ya no quiero saber nada de aquellas tremendas peroratas», dice en referencia a los largos discursos que pronunciaba Fidel.

La esperanza de que arranque un nuevo ciclo la tienen hasta artistas comprometidos con el régimen. Uno de ellos, Silvio Rodríguez reconocía ayer que estaba «esperando un proceso de transición que nos lleve a cosas positivas».

En la pasada inauguración de la Feria del Libro, el escritor Antón Arrufat, quien fue víctima de la persecución contra los intelectuales a mediados de los años sesenta, y uno de los participantes del debate que circuló en Internet hace unos meses, expresó ante Raúl, que presidía el acto, la necesidad de «enderezar lo torcido» en «días cruciales para el país».

Esas inquietudes se comparten por igual ente letrados e iletrados. «A ver qué pasa a partir de ahora», se interroga Marcela, una muchacha que estudia para ser instructora de Arte.

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