A toda pastilla

Minuto 19. Torrego exhibe reflejos, despeja un balón, lo recoge con rapidez, otea el horizonte y ve que Parra ha apretado a correr y ya merodea el área almeriense. Un segundo después, en el marcador ya campea el tanto del Naturhouse.

Minuto 22. De nuevo Torrego. Y de nuevo Parra. El extremo madrileño recibe el balón, avanza hacia el área y gira la muñeca. Francis Miras sólo puede ver cómo la bola describe una parábola y se mete, mansa, entre las mallas. Otro gol del Naturhouse. Es el séptimo (¿el séptimo!) de Javi Parra.

«He sido afortunado con el gol», confesaba el jugador al final del partido. «Habíamos hablado de la importancia de salir rápido al contragolpe y hemos podido llevarlo a cabo». Fueron los mejores momentos del Naturhouse, ante en un Almería que veía cómo le iban cayendo goles sin descanso. Luego aparecería Francis Miras, el portero visitante, y los andaluces recortaron la diferencia hasta la angustia. «Cuando hemos sido capaces de correr bien al contragolpe nos hemos ido en el marcador», reconocía Jota. «En la primera y en la segunda parte... Nos vamos en el marcador; pero luego no matamos los partidos».

Javi Parra jugó toda la primera parte. Treinta minutos plenos de intensidad, de velocidad y de acierto: se hinchó de meter goles. En la segunda mitad ocupó el extremo izquierdo Havard Tvedten; Parra se enfundó el chándal, se sentó en el banquillo y no paró de alentar a sus compañeros. Le tocó jugar los últimos segundos, en defensa. Cuando todos los espectadores estaban asfixiados por el temor, Parra echó una mano en el avanzado. «Fue de infarto -reconoce-. Salí después del tiempo muerto a defender y... lo mejor fue la parada de Gurutz». Ese balón que atrapó el irundarra tiene precio: vale dos puntos.