Sufrimiento y gloria

Toda la pelea entre el Naturhouse La Rioja y el Keymare Almería quedó reducida a quince interminables segundos. Con el 30-29 en el marcador el cuadro andaluz tenía el balón. Movió a la defensa y Serrano recibió solo en la línea de seis metros. El pivote se giró, lanzó y se encontró con Gurutz Aguinagalde. Ahí acabó el encuentro. Pasado el susto se sacó la primera conclusión: el equipo suma dos puntos más que le dejan en una buena situación.

El encuentro se ajustó al guión previsto. No hubo concesiones a la galería y se resolvió por una diferencia mínima. Y es que a pesar de que los franjivino dispusieron de hasta cinco goles de ventaja, el Almería no iba a dar su brazo a torcer así porque así.

Una vez que los dos equipos se situaron sobre la cancha, el Naturhouse utilizó bien sus armas. El equipo se atascaba en el ataque estático, así que en cuanto tuvo ocasión imprimió velocidad al juego. La eficacia defensiva se traducía en rápidos contragolpes con los que el Naturhouse abrió las primeras diferencias. Amargant, Romero, Belaustegui y Gustavo cerraban filas delante de Torrego, lo que aprovecharon Aguirrezabalaga y sobre todo Parra para situar la ventaja en torno a los tres goles. Hasta Gustavo Alonso se atrevió en solitario después de robar un balón. Con este guión los de Jota llevaron el marcador a un cómodo 16-11. Parecía que se avecinaba una tarde plácida, pero Miras se encargó de torcer el rumbo del encuentro. Los lanzadores locales, en especial Fis, se toparon con el portero almeriense, que permitió a los suyos, que lograron un parcial de 0-4, llegar al descanso con el encuentro abierto.

Almería no se rinde

En la reanudación, el Naturhouse intentó abrir de nuevo la brecha, pero los de Senosiain respondían a los arreones locales. Serrano desde seis metros, Pavlovic y Kraljic desde lejos y Tavares desde el extremo, no daban tregua a los locales, que iban a tirones. A pesar de todo, los de Jota mantenían una ligera ventaja que se fue en un abrir y cerrar de ojos. Parecía que los andaluces no habían hecho gran cosa, pero llegaron al minuto cincuenta con el empate a veintiséis en el marcador. Llegó entonces el momento de mostrar la madurez. Se trataba de aprovechar cada balón y regalar lo menos posible.

El Naturhouse no perdió la compostura, consiguió llevar la iniciativa e incluso ponerse dos goles por delante, pero entonces entraron en acción los criterios arbitrales. La pareja arbitral no dio validez a un lanzamiento de Belaustegui, que Miras pareció detener dentro y también señalaron una falta en ataque rigurosa a Moiso a falta de poco más de treinta segundos.

El Almería estaba un gol por debajo y quedaba el tiempo justo para un ataque. Los de Txema Senosiain movieron bien el balón y dejaron a Iker Serrano solo pero su lanzamiento se fue al cuerpo de Gurutz. Partido zanjado. El Palacio respiró mientras los visitantes se lamentaban por la oportunidad desperdiciada. Fue un triunfo merecido y lustroso, no tanto por el juego pero si por la personalidad demostrada sobre la cancha.

Para el recuerdo de ayer queda sin duda la última parada de Gurutz, los goles al contragolpe y la música de los penaltis. El

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El bueno, el feo y el malo