Otra mala noticia

Cuando Marco Antonio Oneto, pivote del Naturhouse, cayó al suelo en el partido contra el Pilotes Posada del pasado sábado, el banquillo contuvo la respiración. Conociendo la dureza física y mental del chileno, aquellas evidentes muestras de dolor sonaban mal. Aunque Oneto hizo ademán de seguir y quiso mantenerse en el parqué, no pudo continuar: Ángel Romero ocupó su lugar entre las líneas enemigas y el gigantesco pivote sudamericano se retiró a los vestuarios.

En principio, se pensaba que su tobillo había sufrido un esguince, aunque se desconocía el grado de la lesión. El resultado de las pruebas llegó ayer. Y no fue positivo: Marco Antonio Oneto sufre rotura parcial del ligamento exterior del tobillo. Falta todavía por determinar cuál debe ser el protocolo más adecuado para su curación. «Puede ir desde estar dos o tres semanas con un tratamiento conservador hasta pasar por el quirófano», reconoce un resigando Oneto.

En cualquier caso, el pivote, que estaba siendo una de las piezas fundamentales en el equipo de Jota, no podrá jugar durante varias semanas. Y lo más probable es que su concurso quede ya para la segunda vuelta. «Las lesiones nunca vienen en buen momento, pero hay que aceptarlas», lamenta Oneto. «Aprovecharé este parón para trabajar otras cosas, más en el plano físico, que durante la temporada ordinaria no se pueden trabajar tanto».

Al menos, la reciente recuperación de Gustavo Alonso permitirá al técnico del Naturhouse disponer de dos hombres para la dura vida en los seis metros: Ángel Romero, que deberá ahora asumir más peso en el equipo; y Alonso. Ellos dos deberán plantar batalla, de momento, al próximo enemigo: el Tabisam Torrevieja.