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De nuevo dudas
Balonmano

De nuevo dudas

El Naturhouse pierde una oportunidad en Santander por sus errores en ataque

PABLO ÁLVAREZ

Lunes, 5 de noviembre 2007, 00:10

Más dudas para el Naturhouse. O las mismas, en realidad. El partido de Santander era uno de ésos que permiten decidir hacia dónde mira un equipo. Hacia arriba, (Copa, o más) o hacia abajo. Y a día de hoy, el Naturhouse debe mirar hacia el descenso. Aún queda mucho, pero con estas prestaciones fuera de casa no parece realista pensar en objetivos demasiado ambiciosos.

Los de Jota perdieron ayer por muchos factores, aunque el principal fue su propia precipitación. Las pérdidas en ataque le costaron un encuentro que, en el ecuador de la segunda mitad, parecía controlado. Entre eso, y dos señores de verde que se murieron de miedo en La Albericia, el Naturhouse se dejó escapar el partido.

La primera mitad fue rara. Empezó muy mal el equipo franjivino, son saber defender las circulaciones de los extremos (la cruz durante todo el encuentro) y sin encontrar qué hacer en ataque. Así, el Teka empezó como un tiro para irse hasta de 5 goles (11-6) en el minuto 15. Hacia el 20, sin embargo, las cosas cambiaron. Apareció Torrego con 4 paradas casi seguidas, la defensa empezó a carburar y fueron cayendo los contraataques. El Naturhouse se acercó poco a poco hasta empatar (16-16) para luego irse al descanso uno abajo.

Esos contraataques del final de la primera parte supusieron unas cuantas exclusiones de jugadores del Teka. Tremendamente claras todas ellas, pero aún así discutidas por el público de La Albericia, que cumplía así su obligación de afición entregada y entendida.

Porque, como todo el mundo sabe, montarle la bulla a unos árbitros cobardicas funciona. En la segunda parte las faltas dejaron de existir. No hubo faltas en ataque del Teka, daba igual cuántos manotazos se llevara un jugador al pasar, e incluso un bofetón con rotura de tabique incluida no fue ni dos minutos porque, decían, Pepe Novelle se había agachado.

Porque el Naturhouse tenía, a mitad de la segunda mitad, el encuentro bastante controlado. Había venido de atrás, se había asentado en el marcador con una gran defensa ante la que Teka no encontraba opciones, y se había ido hasta tres arriba (22-25), con un 0-6 entre el minuto 5 y el 15 de la segunda.

Pero cuando Belaustegi puso el 25-27, al Naturhouse se le acabó el partido. Los siguientes cinco ataques fueron otras tantas pérdidas de balón, unas cuantas de ellas porque los pases salían de jugadores a los que les estaban haciendo falta. Y en la otra área, mientras, el concepto «falta en ataque» (que este equipo busca conscientemente al plantear su defensa) sencillamente no existía.

La pérdidas en ataque tenían muchísima importancia, porque a estas alturas había quedado demostrado que en ataque estático el Teka no podía hacer gol casi nunca. Sólo cuando Río encontraba las circulaciones de los extremos, sobre todo de Reñones. Pero con las pérdidas, al Teka no le hacía falta atacar, todo eran contras o ataques rápidos.

Así, para cuando se quisieron dar cuenta, Cantabria había hecho un 5-0 de parcial y marchaba 30-27. Con unos árbitros que no señalan penalti con dos jugadores un metro dentro del área (falta sí, que si no huele) poco se podía hacer. Un equipo con más tablas sí, pero a este Naturhouse le faltan.

Los de Jota no supieron entender de qué iba el partido, porque cuando se dieron cuenta el Teka se había puesto por encima. La lástima del asunto es que el Naturhouse cayó ante un equipo al que debería ganar, porque tenía menos calidad. Pero los riojanos se enfangaron si saber cómo salir de la trampa en la que se convirtió La Albericia. Y ahora, de nuevo vuelven las dudas.

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