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GECA SPORT
Domingo, 19 de agosto 2007, 14:33
El Ciudad de Logroño no consiguió inquietar al Barcelona, que se hizo con la victoria en un choque que dominó de principio a fin y al que llegaron los riojanos plagados de bajas. Sólo la relajación de los jugadores de Manolo Cadenas en la segunda parte evitó que la diferencia en el marcador final fuera más amplia.
El equipo de Jota González consiguió 'empatar' a doce el segundo tiempo, cuando realizó su mejor balonmano con Belaustegui en la dirección del equipo y Oneto acertado en el pivote, al igual que Amargant en los lanzamientos lejanos.
Los riojanos mantuvieron el tipo en la segunda parte, ante un rival que jugó mejor en la primera y que demostró un potencial muy bonito de cara a la próxima temporada.
En la primera parte ambos equipos salieron con defensas 6-0 aunque más adelantada la del Ciudad de Logroño para intentar parar a los laterales azulgranas. Ello provocó que Garabaya recibiera cómodos balones en el pivote y anotara los primeros goles de su equipo junto a Nagy. El Barcelona estuvo muy pendiente en defensa de los lanzamientos de Belaustegui que solo consiguió un gol en la primera parte.
Oneto fue el máximo anotador de su equipo. Inicialmente jugó solo en defensa pero el entrenador decidió que después lo hiciera también en ataque en lugar de Romero y fue lo que mejor resultado le dio al equipo riojano en la primera parte. En los últimos nueve minutos se vieron muchas imprecisiones en los pases del equipo riojano y el Barcelona tuvo muchas facilidades en ataque.
Pivote
El Barça se situó 4-1 en el minuto 8 pero la decisión del técnico riojano de colocar a Oneto en el pivote fue un acierto porque dos goles suyos propiciaron un parcial de 3-0 que acercaron a equipo riojano a su rival (5-4). La poca paciencia de los riojanos en ataque y el acierto de Barrufet bajo los palos propició que el Barcelona diera el primer tirón en el marcador con un Juanín García implacable en el contragolpe (12-6).
El Ciudad de Logroño tardó siete minutos en marcar pero la reacción no tuvo continuidad. El Barcelona dominó en el marcador permitiéndose su entrenador el lujo de jugar con dos equipos diferentes durante el primer tiempo, lo que no supuso una bajada en el rendimiento de los azulgranas que lo tuvieron muy fácil para distanciarse en el marcador gracias al acierto de Larholm y Lozano. De esta forma se llegaba al descanso con una máxima diferencia de once goles a favor del Barcelona tras conseguir en los últimos cinco minutos un parcial de 5-0.
En la segunda mitad, los riojanos redujeron la diferencia a nueve goles (21-12), tras conseguir un parcial de 0-3 en los primeros minutos. Belaustegui se encontró más cómodo de central, anotando dos goles, y Oneto y Amargant le acompañaron en la faceta realizadora. Aginagalde se puso bajo los palos y completó una excelente segunda parte, con paradas de mucho mérito que propiciaron la igualdad en el juego.
Gull devolvió los diez goles de diferencia en el m.40 (26-16); fueron diez minutos en los que volvieron las imprecisiones al juego riojano, constantemente interrumpido por los problemas de humedad en el parqué, y el Barcelona volvió a apretar en defensa y se fue en el marcador hasta conseguir una renta máxima de 13 goles, 30-17, en el minuto 51. En los últimos segundos, dos goles consecutivos del Ciudad de Logroño propiciaron que el parcial de la segunda parte fuera de empate, 12-12.
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