Día de anécdotas

Los jugadores del Ciudad de Logroño pusieron fin ayer a un largo verano. Para doce de ellos el Palacio de los Deportes es su casa; para seis, representa toda una novedad. Un recinto caliente, a juzgar por la temperatura de ayer. Corrillos, charlas, bromas y medio centenar de aficionados en las gradas. El club franjirrojo afronta su temporada más profesional, en la que se le puede exigir algo más que la permanencia con apuros. En eso, están todos de acuerdo.

Sorprendió ver a Diego Pérez Marne en la cancha. Sorprende dada su grave lesión de rodilla y posterior intervención, aunque tratandose de un jugador como él, el gesto de incertidumbre es menor. Tres horas diarias para llegar sin muletas a esta día. Puede trabajar sobre la bicicleta y en la piscina. Sigue siendo un todoterreno: igual bromea con un compañero, que alienta a un joven o traduce del ingles las primeras palabras del macedonio Maum Mojsovski. Una alegría verlo sobre el parqué.

«Estoy muy bien, fenomenal. Mañana me iré a Valladolid a pasar una revisión médica. Si hace dos meses me dicen que llegaría al inicia de la pretemporada en estas condiciones, no me lo creo. ¿Cuantas horas de entrenamiento? Muchas. El día del bautizo de mi hijo casi se convierte en el de mi divorcio. Bromas al margen, ésta es una campaña bonita, con gente nuevo, que puede suponer un salto de calidad. Estoy muy ilusionado», decía Pérez Marne.

Si el leonés sorprende por su tesón, Julio Fis asusta. De lejos es grande; de cerca, colosal. El cubano nacionalizado español aspira a recuperar su juego en Logroño. «Hace mucho calor en Logroño. Climatología al margen, nuestro objetivo es no sufrir, que bastante sufrimos en la vida. Quiero y espero que el equipo siga creciendo y que pase como cuando llegué a Valladolid, que comenzamos a ganar títulos. Quizá es pretencioso hablar así, pero es lo que espero», comentaba Fis.

Un compañero suyo, en Logroño y en Ciudad Real, Ion Belaustegi, también impresiona. El vasco sonríe porque está más cerca de casa. «Bastante mejor», indica antes de admitir que llega a Logroño; «a un proyecto que va a ir hacia arriba». «Aspiramos a jugar y ganar. Los expertos podremos aportar cosas, pero los jóvenes tiene que espabilar», dice.

Y de un veterano a una institución en el club, Gurutz Aginagalde. «El club sigue creciendo. Queremos transmitir a la gente la ilusión con la que hemos llegado. Debemos saber mantener las virtudes de un bloque que la pasada campaña nos llevaron a la permanencia y también aprovechar la calidad que ha llegado».